¿Cómo entender que Trump y los republicanos no tuvieran una derrota completa el pasado martes y sólo perdieran la Cámara de Representantes, pero conservaran la mayoría en el Senado? Quizá en ese resultado radican las razones: se trata de una división que polariza cada vez más al país, entre un Estados Unidos blanco, rural, poco educado que comparte con Trump la xenofobia y el racismo y está de acuerdo con el nacionalismo de America first; frente a otro Estados Unidos cada vez más diverso, educado y multicultural. Esta diferencia explica el contraste entre estados rojos y azules, la división entre las costas y los estados internos. A pesar de que no fue la derrota que se hubiera esperado por la brutalidad y prepotencia trumpista, el inquilino de la Casa Blanca sí tuvo su martes 6, perdió poder y tendrá más dificultades para imponer sus aberrantes políticas que destruyen la democracia.

Paul Krugman tiene una teoría interesante para explicar esta diferencia entre lo que llama el Estados Unidos real y el del Senado. Además de la inmigración y la diversidad étnica y cultural, dice que hay otro factor que tiene componentes económicos, geográficos y urbanos. El premio Nobel indica que un 60% de los estadounidenses viven en áreas metropolitanas y suburbanas, por lo cual el país real es metropolitano. Pero el sistema político le da a cada estado el mismo número de escaños, independientemente de la cantidad de habitantes. Se trata de un pacto federal. Aquí en México se hicieron dos innovaciones al Senado, una es que hay mayoría y primera minoría, por lo que entran al senado tres representantes por estado, los dos que ganaron la mayoría de votos y el que queda en segundo lugar. La otra es que entra un número variable de senadores por partido que vienen de una lista nacional, lo cual no fortalece el pacto federal. En Estados Unidos la representación es estricta y da como resultado, indica Krugman, que 600 mil electores de Wyoming valgan lo mismo que 40 millones de California. Conservar el Senado le permitirá al presidente defenderse de los demócratas. Uno de los peligros de esa mayoría roja en el senado es el grave peligro de que en los dos años que le quedan a esta administración, “Trump y sus amigos se la pasarán llenado los tribunales de republicanos de derecha” (The New York Times, 9/11/2018).

Trump ha recibido un duro golpe que ofende su narcisismo y despierta su furia, como lo mostró contra el reportero de CNN, Jim Acosta, que lo cuestionó por decir que la caravana de migrantes centroamericanos era una invasión a Estados Unidos. Después de las elecciones despidió al secretario de Justicia, Jeff Sessions, lo que abre la interrogación de si también se despedirá al fiscal Robert Mueller, quien investiga la trama rusa del proceso electoral de 2016. Unos días después llegó a Francia y tuvo desacuerdos con el presidente Macron por su discurso nacionalista.

Ahora, con la mayoría demócrata en la cámara baja, se podrán hacer investigaciones en contra de Trump para ver si tiene responsabilidad en la supuesta intervención rusa en las elecciones presidenciales; para conocer sobre la trama de los impuestos del Trump-empresario, sobre los que parece haber un velo de secrecía. Los demócratas podrán citar a los funcionarios de la administración y, desde luego, bloquear proyectos e iniciativas presidenciales. En suma, el voto del 6 de noviembre será un contrapeso para Trump y sus locuras.

Hay una pregunta que se formula con frecuencia sobre el comportamiento de Trump, ¿sus bravatas y locuras son reales o forman parte de una estrategia pensada maquiavélicamente para sus decisiones? Uno de los periodistas más importantes en Estados Unidos, Bob Woodward (quien junto con Carl Bernstein hizo la famosa investigación sobre Nixon y el caso de Watergate), acaba de publicar un libro sobre Trump, Fear (Miedo), y en una entrevista reciente afirma que, según sus fuentes, el personaje “va decidiendo sobre la marcha. No hay una estrategia global” (Babelia, 10/11/2018).

En estas elecciones intermedias la victoria del país real no fue completa, pero Trump tuvo su martes 6 que, sin duda, lo debilitó; sin embargo, no significa que vaya a ser derrotado en el 2020…

Investigador del CIESAS.
@AzizNa ssif

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses