yanet.aguilar@eluniversal.com.mx

Alberto Fuguet insiste: “No soy un chico malo. Soy bueno porque pago impuestos, nunca he matado a nadie, nunca he ido a la cárcel, no me emborracho, yo tengo algunas cosas como ética, me parece que estar borracho, incluso en privado, es complicado. No robo, saludo a la gente para Navidad. ¡No manches!”, sin embargo persiste en ser un escritor rebelde, incorregible, que va a contra corriente y a veces hasta se sabe incómodo.

El narrador, periodista y cineasta nacido en Santiago, Chile, en 1964, se ganó muchas críticas cuando editó junto con Sergio Gómez la antología McOndo, donde mostraba una corriente literaria de Hispanoamérica surgida en la década de los 90 como reacción contra la escuela literaria del realismo mágico del Boom. La crítica lo redujo a escritor apolítico y ultraderechista. No se amilanó y escribió varias novelas: Mala onda, Tinta roja, Por favor, rebobinar, Las películas de mi vida, Aeropuertos, No ficción y Sudor, la novela que publicó este año donde habla de las profundidades de la vida gay, de Carlos Fuentes y siempre del poder.

Pero ese no es el único libro que trajo a Alberto Fuguet a México, también lo trajo Juntos y solos. Antología arbitraria (Almadía), con prólogo y selección de textos de Edmundo Paz Soldán, que reúne 14 cuentos que lo confirman como un escritor explosivo, punzante y audaz, que sabe renovarse y renovar su escritura.

A sus 52 años dice que es un chico bueno aunque rebelde y que no quiere quedarse estancado. “‘Dime lo que tengas’, como dijo Marlon Brando, siempre hay que ser rebelde, no por que sí, sino para no quedarse estancado, para entretenerse; es muy aburrido sacar siempre el mismo libro, ya escribir es suficientemente difícil. El arte que me interesa a mí es ese, hubo una época que era considerado muy subversivo, hoy no sé si soy tan subversivo, pero creo que hay que tener gestos de quebrar, de mover, soy escritor, no soy diplomático. No tengo nada en contra, sin faltarle respeto a nadie, y si falto el respeto a alguien no fue con mala intención. Y creo que Juntos y solos es así, el libro salió ahora con dos libros míos, salió en Chile un año antes que mi No ficción y Sudor y dialoga súper bien con ellos, no pareciera que fue el libro anterior porque hay un diálogo”.

El narrador que estudió periodismo y es profesor de la Universidad Diego Portales asegura que está sorprendido de la buena recepción que ha tenido Sudor en todo el mundo de habla hispana, incluido México, donde al parecer había resquemores que la verdad nunca constató. Dice que si a algo se atrevió, y no es cosa nueva porque hay una súper tradición que inlcuso utilizó Carlos Fuentes, fue incluir en su novela a gente verdadera como lo hizo él en La región más transparente.

“Yo diría además que Carlos Fuentes aquí es un mito, es de todos, él quiso ser no sólo de México, quiso ser de todo el mundo, no lo logró tanto, pero estuvo cerca de ser, logró ser hispanoamericano, pero no mundial, no ganó el Nobel, pero casi llegó y por lo tanto me parece completamente legítimo, entonces yo estoy conversando con cosas que él me enseñó. Yo no soy anti Boom, yo no soy antipadre, tengo padres, hay cosas que uno quiere rescatar de sus padres y otras no, los gustos musicales, lo estético”, señala Alberto Fuguet.

El director de cintas como Se arrienda Velódromo e Invierno reconoce que hay cosas que él aprendió de Mario Vargas Llosa, de Manuel Puig, e Donoso y cosas que aprendió de Carlos Fuentes.

“Los padres te sirven de ejemplo tanto en cosas positivas como negativas, unas cosas que a mí me sirven de Fuentes es no ser como él, o sea, que no sean más importante tus discursos que tus libros, no ser el número uno, yo quiero ser menos, no hacer tan pública tu vida privada y después sentir que tienes derecho a reclamar sobre eso; o sea, si tu te expones tienes derecho a que la gente opine, más bien yo quiero molestar al poder que ser parte del poder, creo que ahí está en Juntos y solos“.

Y es que asegura que en Juntos y solos si algo que le encanta es que es una antología arbitraria, que es un marca, un remix, un greatest hits. Creo que el mismo libro en México en el contexto que aparece junto con Sudor se lee de otra manera, es un libro mucho más roquero el mexicano y sobre todo es una puerta de entrada, una especie de pasaporte a lo que yo llamo Planeta Fuguet y en ese sentido está loco el libro, en México me gusta mucho que sea un ingreso, pues a pesar de que pienso que algunos de mis libros han circulado, a algunos les ha costado, otros han tenido mala suerte o han sido mal atacados, siento que ahorita estoy dialogando muy bien con México y creo que éste va a ser clave para mis otros libros”.

Fuguet está contento porque cree que recién está entrando a México a pesar de varios intentos. Dice que si Sudor no logra dar el golpe en México, pues será más adelante. “¿Quién soy yo para exigir que México tiene que leer el libro ahora?, quizás dentro de 20 años el libro va a funcionar en México”.

Luego vuelve a la respuesta de no es un chico malo. “Cuando escribo me río, a veces me pongo de malas, me pongo serio, hay mucho de actor, depende lo que requiera la escena, en Sudor también me puse caliente, tenía a veces que ducharme porque era como ‘wow, qué estoy escribiendo!, pero no porque yo pueda escribir escenas de sexo fuerte entre hombres significa que soy un chico malo, creo que ahora estoy demostrando que soy encantador”.

Google News

Noticias según tus intereses