Me contaba una de las mujeres más injustamente tratadas en el Gobierno de la 4T que “el Presidente López Obrador entendía a México y a los mexicanos como delfines en un acuario a los cuales quería alimentar con pescado muerto hasta que se acostumbraran al cautiverio” pues los delfines, si no se los educa, comen pescado vivo solamente, y tras eso, aflojar la liga para que vean quien es el dueño del acuario.

Duro pero creíble a la vista de los resultados, datos oficiales o “tengo otros datos” el empleo decrece, la inseguridad se dispara y los despidos suben, a medida que se bajan los sobres en efectivo a los que “lo necesitan”.

Una 4T que tiene por bandera la austeridad, esa que se llevó por delante a toda Europa. Austeridad y fracaso son sinónimos y son primas hermanas de la necedad. Basta con leer las noticias y ver que en ningún lugar del mundo, en ninguno, ha funcionado.

Vivimos un momento donde la construcción del movimiento social en el Gobierno llamado MORENA requiere de estructuras electorales fuertes para convertirse en partido, y para ello, los programas sociales son una manera de aceitar un máquina electoral que funcionó en el extinto DF, hoy CDMX, bueno, Ciudad de México porque hasta el logo CDMX les molestaba.

Austeridad en todos los sentidos, una oposición el PAN y el PRI sin ideas, respondones, desenfocados, críticos en las redes, sumisos en los despachos, y sin una alternativa capaz de articular un proyecto de México que no pase por criticar a AMLO. Oposición carente de ideas, sin voluntad de construir una alternativa, que de no despertar ya, en el 2021 serán derrotados nuevamente, pues el desgaste de un Gobierno, no precisamente traslada votos a una oposición silenciosa.

Solo los niños creen en la magia como fuente de obtener resultados, aunque a veces la oposición en México parece estén esperando un conejo dentro de una chistera.

Además vivimos de forma interesante como la COPARMEX, los grandes empresarios que piensan en chiquito, no logran superar la imagen de críticos sin ser alternativa, donde su agenda nacional es su asamblea y no la de país, y donde su discurso recuerda al periódico Reforma en los tiempos que todo criticaba, pero nada proponía. Austeridad también ahí en la propuesta, que a veces se enzarza en la Gobernatura de Baja California, y otras en el sargazo de Cancún, sin una agenda grande de país, que no sea, la critica al Presidente y las agendas personales. Crítica abundante pero austera alternativa.

Austeridad en todos los sentidos, la económica, la define el Gobierno, la intelectual la oposición, solo se salvan algunos Gobernadores de los llamados “Fifïs” que son diestros en el arte de los pactos, en unos tiempos, donde ni hay dinero, ni empleo, ni oportunidades, y por lo que se ve, tampoco ideas. O sí, una idea, la del Presidente, demostrar que él manda y es el dueño del acuario llamado México.

Consultor Político.

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