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Es posible que muchos de los nadadores mexicanos de alto rendimiento nunca hayan escuchado hablar de un carril de nado contracorriente que se encuentra en el Centro Nacional de Alto Rendimiento ( CNAR ).

Es muy posible, porque dicha piscina, desde su instalación en 2016, ha estado en desuso, debido a que su tecnología básica impide que los atletas puedan utilizarla al máximo de su capacidad.

Testimonios recabados por EL UNIVERSAL Deportes revelaron que el canal de nado, marca SwimEx 600 T SERIES, está descompuesto y prácticamente nació en el olvido por la poca capacidad de resistencia que genera.

Los pocos nadadores que pudieron probar la “moderna” adquisición, relataron que el primer día se quemó el motor de 7.5 caballos de fuerza con el que está equipado, ya que al no encontrar la fuerza necesaria en la corriente para mantenerse braceando y pataleando, la utilizaron en su velocidad más alta y no resistió.

Hace una semana, el empresario Nelson Vargas denunció que la compra del carril de nado estuvo sobrevalorado. Conade pagó 4 millones 844 mil pesos, cuando en el mercado, piscinas con mayor tecnología y características extas, se cotizan en un millón de pesos.

La alberca fue adquirida por la Federación Mexicana de Natación con recursos que le destinó la Conade para la compra.

La Federación, al no contar con una sede permanente para su colocación, la “donó” al Centro Nacional de Alto Rendimiento.

Sin embargo, la compra del canal de nado apareció en los estados financieros de la FMN por el valor consignado anteriormente.

Este medio pudo corroborar que el aparato marca SwimEx que la Conade presumió como el implemento que optimizaría el desempeño de los nadadores que integran las selecciones, ha quedado como un artefacto inútil.

Ya ni siquiera curiosidad causa la alberca para los atletas que entrenan en el CNAR.

Natación, triatlón, pentatlón, aguas abiertas y natación paralímpica

son las disciplinas que se suponía mejorarían sus resultados con la utilización del canal.

EL UNIVERSAL Deportes

buscó a la Federación Mexicana de Natación para conocer su versión sobre la compra y entrega del canal de natación.Cómo el canal de nado del CNAR, —ahora inservible—, hay pocas albercas en México que permite a un nadador desarrollar y corregir su técnica, misma que es analizada bajo el agua con cámaras en tiempo real o por medio de programa de computación, analizar todos los ángulos.

Con este tipo de piscinas en buen funcionamiento, un entrenador podrá aumentar la velocidad de la corriente al ritmo de la carrera del nadador, además de observar de forma precisa cuándo y dónde se derrumba y corregirlo.

Esto ofrece a los entrenadores una oportunidad sin precedentes de trabajar en las brazadas de sus atletas, para proveer correcciones, algo que por ahora no pueden hacer en el CNAR, en donde trabajan algunos de los nadadores que representan a México.

Los principales equipos en el mundo y universidades de Estados Unidos en donde participan los nadadores olímpicos sí cuentan con carriles contracorriente de alta tecnología donde perfeccionan la técnica.

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