Miami.— Roger Federer todavía recuerda como si fuera hoy su “horrible” debut en el Masters de Miami de 1999. Casi dos décadas después, el suizo se prepara para disputar la última edición del torneo en Crandon Park, con el objetivo de mantenerse una semana más como uno del mundo.

El ícono, de 36 años de edad, sólo mantendrá el lugar de privilegio si llega mínimo a los cuartos de final del certamen, que se juega por última vez en Key Biscayne. Para 2019 se mudará al estadio Hard Rock.

Cuando Federer tenía 17 años jugó en Miami uno de sus primeros partidos profesionales. Ocurrió en 1999 ante el danés Kenneth Carlsen, que lo venció en primera ronda por 7-5 y 7-6 (7-4).

“Lamentablemente jugué un partido horrible, tuve una actitud terrible en ese duelo”, rememoró el ganador de 20 Grand Slams.

Federer recibió ese año un wild card en Miami, luego de ganar en 1998 como junior el Orange Bowl, también en Florida y Wimbledon.

“Después de eso pensé: ‘Bueno ¿quién sabe? Podría convertirme en el número uno del mundo en cuanto a profesionales’. Estaba lejos, pero desde ese momento empecé a tener un sueño”.

El título de Miami ha sido levantado en tres ocasiones por Federer, la última de ellas, el año pasado, cuando derrotó a Nadal en dos sets. En esta edición debuta frente al australiano Thanasi Kokkinakis.

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