La Liga MX encara el Clausura 2023 con varios retos sobre sus espaldas. Ante el fracaso de la Selección Mexicana en la Copa del Mundo de Qatar 2022, el futbol local se convierte en el refugio de la dañada afición y de igual forma en la principal fuente de soluciones drásticas para los diversos equipos nacionales.

Mikel Arriola, presidente de la institución, se ha mostrado más que ocupado desde su nombramiento en el cargo en elevar el espectáculo, y para esto se ha dado a la tarea de poner sobre la mesa ciertos detalles que —desde su perspectiva— harán que el torneo sea más atractivo.

Pero el punto más importante a tratar es la reducción de la violencia. Lo sucedido en marzo pasado en el estadio La Corregidora en el juego entre Querétaro y Atlas, donde las porras ocasionaron un gran caos, provocó acciones inmediatas. El tratar de acabar con los grupos violentos en las tribunas y dar seguridad a la gente que sí va a un estadio a presenciar un juego de futbol, se volvió prioridad.

Por esa razón para este torneo los estadios de todos los clubes de la Liga MX utilizarán el Fan ID, un instrumento con el que se intenta identificar fehacientemente quién entra al estadio y de esta manera saber qué es lo que hace dentro de él.

En lo deportivo, para que los partidos se hagan más atractivos se han enfocado en subir los tiempos de juego efectivo, que el arbitraje provoque partidos más fluidos y que esto traiga como consecuencia más goles.

El punto más mediático será el inicio de competencia directa con la MLS de los Estados Unidos. Un 2023 en el que la Liga MX debe ayudar a olvidar.

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