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Era el juego del siglo: Italia vs Alemania. en la cancha del Estadio Azt eca.
Se acercaban los minutos finales del tiempo regular. Italia estaba cerca de proclamarse vencedor, pero el defensa central Karl-Heinz Schnellinger empataba.
El juego se iba a tiempo extra. El calor de la ciudad de México agotaba a los jugadores. Eran cerca de las 14 horas cuando el árbitro peruano Arturo Yamazaki dio inicio al primer tiempo adicional y apenas transcurrían los primeros minutos cuando sucedió: Franz Beckenbauer había tenido un gran mundial.
Lo habían apodado el Káiser por su gran manejo y liderazgo del juego… Quiso desbordar, quiso ir al frente y no vio venir al lateral italiano Giacinto Facchetti, quien lo chocó por la espalda. El alemán fue al suelo sin poder amortiguar la caída, se dislocó el hombro derecho. Fue sacado del campo, el médico pidió el cambio, pero ya se habían agotado. Beckenbauer no lo pensó, dijo: “Inmovilízalo”, y volvió a la cancha.
El gesto del líder moral del equipo envalentonó aún más a los germanos, pero...
Minuto 111. Por la izquierda apareció Boninsegna, quien centró la pelota a donde Gigi Rivera conectó con la derecha para vencer la cabaña teutona por cuarta vez, el Káiser había quedado muy lejos de la jugada. Alemania fue derrotada, pero la leyenda de Franz Beckenbauer se agrandó aún más.