Rolex renueva su Explorer. Un reloj que nacía en 1953 y cuya imagen más familiar es la versión moderna: Explorer II, que se lanzaba en 1971 y ahora celebra este año su cincuenta aniversario. Pero comencemos por el principio. El Explorer originario nace como Oyster Perpetual Explorer de nueva generación en 36 mm, con el tamaño original del modelo que acompañó a sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay en el primer ascenso a la cumbre del Everest un 29 de mayo de aquel 1953. Brillo en la cima del mundo a 8,848 metros de altitud. Sencillo, original, austero, robusto. Una esfera negra, ahora lacada, con sus números reconocibles 3, 6 y 9.

Brillo en la cima
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Oyster Perpetual Explorer

Este nuevo Oyster Perpetual Explorer viste un traje Rolesor —la unión que hace Rolex del oro y el acero—. Combinación de oro de 18 quilates y acero Oystersteel. Es un sello que la firma emplea desde 1933, cuando registró su nombre. Una simbiosis de elegancia y funcionalidad donde se combinan la nobleza del metal precioso y la resistencia y robustez del acero. El bisel, la corona y los elementos centrales del brazalete son de oro amarillo de, mientras que la carrura y los elementos laterales del brazalete son de acero Oystersteel.

El debate —incluso más social que propiamente relojero— es el sexo masculino o femenino de las tallas (de los relojes). ¿Es 36 mm un diámetro de reloj femenino o masculino? El horizonte más cercano comienza a borrar esta distinción y podríamos hablar de una talla unisex. Si 36 mm fue medida masculina en las primeras décadas del siglo pasado, ¿por qué no ahora también?

Brillo en la cima
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Igualmente es muy interesante que Rolex emplee como corazón mecánico del Oyster Perpetual Explorer el calibre 3230 que empleó para su nuevo Submariner de 41 mm. Un calibre automático, con objeto de varias patentes, que representa la última tecnología de la firma de la corona: escape Chronergy, espiral Parachrom, oscilador con amortiguador de golpes Paraflex y rotor Perpetual. En la característica caja Oyster, que se trabaja sobre bloque de acero macizo, suma todos los ragos estructurales de la robustez con el sello de la firma: corona Twinlock con sistema de doble hermeticidad, cristal de zafiro prácticamente imposible de rayar y, en perfecta integración con la caja, un brazalete Oystesteel que también destaca por su robustez —con cierre desplegable Oysterlock patentado por Rolex que puede extenderse 5 mm de longitud—.

Brillo en la cima
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Explorer II

Pero también la firma ha renovado el Explorer II, la imagen más moderna de este modelo histórico. Más brillo en la cima de un verdadero reloj-herramienta para exploradores audaces. Con un rediseño muy sutil de líneas más armoniosas en caja y brazalete, no pierde la fidelidad al Explorer que nació en 1971. Hay una versión con esfera blanca y otra con esfera negra, ambas en 42 mm. En la esfera lacada en blanco, los índices ahora presentan un ligero revestimiento negro con PVD y las agujas han sido lacadas en negro.

Brillo en la cima
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Para la función GMT, se distingue la aguja más grande 24 h con su reconocible color naranja —para la función de segunda zona horaria con el bisel, o como indicación día/noche en lugares inhóspitos donde esa distinción no es tan evidente—.

Brillo en la cima
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El Chromalight ha sido mejorado para esta nueva generación del Explorer II. Una luminiscencia azul más duradera para índices y agujas en la oscuridad, donde predomina un tono más blanco a la luz del día.

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