David Huerta05/11/2020
El imperativo infinito
A nadie parece ocurrírsele decirle a uno “no hagas nada”. O mejor todavía: “haz lo que quieras”. Este último suena más bien a un consejo escandalosamente inmoral
A nadie parece ocurrírsele decirle a uno “no hagas nada”. O mejor todavía: “haz lo que quieras”. Este último suena más bien a un consejo escandalosamente inmoral