La Plaza Roja vuelve poco a poco a su normalidad. Ya no hay peruanos, ya no hay argentinos, sólo quedan algunos mexicanos, sí, de esos fieles, que creyeron que esta vez, su Tricolor llegaría no al quinto, sino a muchos más partidos en Rusia 2018.

Como don Isidro, comerciante de Pachuca que camina por el centro de Moscú con su sombrero de charro, su playera verde, su gran bandera tricolor y sus dos hijos, Luis e Isidro junior... Ellos pensaban que el equipo nacional llegaría lejos, tanto que había comprado boletos hasta la final... ¿Y ahora?

Desde el inicio hasta el final. Iba a Kazán”. Mas la realidad llegó, el Tricolor fue eliminado, y los boletos comprados... ¿qué hizo con los boletos comprados? “Pues... Los vendí. Al precio, hasta eso no le perdí”.

La eliminación dolió... “me puso triste la verdad. Pero también con coraje con Neymar, que le dan su toquecito y da sus vueltas. Pero estuvo bien el partido. Los jugadores le echaron ganas, pero Brasil es mejor que México”.

—¿No está decepcionado? Siempre lo mismo. “Para nada. Tengo 50 años siguiendo a la Selección y siempre se ha llegado al cuarto partido. Lo que espero es que más jugadores nuestros vayan a Europa, para que compitamos a ese nivel en estos compromisos, donde se necesita jugar al futbol bien. Se necesita experiencia”.

Entonces, de regreso.

—¿Le metió mucha lana?

Mientras se da la charla con el papá, Luis e Isidro junior no pierden la oportunidad de observar a las hermosas rusas que ansían tomarse una foto con ellos.

“El secreto está en el sombrero”, dice el papá. —¿Y ya ligaron? Isidro Junior contesta.... “Eso no se puede decir”. Así que el papá debe intervenir: “Ya hay varias invitaciones. Veo que las chavas les dan sus números”.

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