San Petersburgo.— Con boleto en mano para la final de la Copa del Mundo, el seleccionador francés, Didier Deschamps, se permite respirar con calma. Reflexiona la victoria por la mínima ante Bélgica (1-0). Está contento, pero es autocrítico con los suyos.

“Debemos ser pragmáticos y también realistas. Enfrentamos a un gran equipo como lo demostró ser Bélgica. Ellos tuvieron un mejor control del balón, pero nosotros logramos hacerles daño”, destacó como clave para llevarse la semifinal. “Ellos tienen buen juego. Pero nosotros ya estábamos preparados, tuvimos fortaleza mental”.

Para Deschamps, el próximo domingo será histórico, sea cuál sea el marcador. En su carrera como jugador, el francés ganó el Mundial de 1998 y la Eurocopa 2000. Y como entrenador de la selección de Francia se hizo del subcampeonato de la reciente Eurocopa 2016.

“Fue tan doloroso aquello [perder la Euro 2016]. No es irrelevante haber llegado a otra final. Espero estar del lado correcto del destino esta vez”. Y advirtió: “Todavía no somos campeones”.

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