Tomando como modelo lo que se está haciendo en la capital del país, el gobierno federal aplicará una nueva estrategia para la contención del Covid-19, en la que resalta la aplicación de medidas que antes se decía que no era necesario tomar o que se reservaban a personas con la enfermedad ya confirmada.

La apuesta es que aunque hay descenso en algunos indicadores del comportamiento de la pandemia entre la población, el gobierno, lejos de confiarse, hará un seguimiento más minucioso, casi casa por casa, o por vía telefónica, para detectar posibles casos y, a diferencia de la estrategia anterior, en que se conminaba a dejar la atención hospitalaria sólo para los casos más urgentes, en esta ocasión se buscará que los posibles casos de contagio, aun sin síntomas evidentes, acudan a los centros de salud.

Otro recurso será la adhesión de México al programa Covax, por el cual, a partir de una petición expresa de nuestro país formulada con anterioridad ante el G-20, podría tener acceso temprano a la vacuna que se desarrolle y apruebe primero contra el coronavirus.

En México ese riesgo está también latente, pues no se llevó un registro relacionado con la edad, puesto a que se apostó a que sólo la gente a partir de cierta edad era susceptible de ser internada en hospitales, mientras que con los jóvenes se apostaba a que casi la totalidad de ellos cursarían la enfermedad de forma asintomática o con pocas repercusiones visibles, por lo que se les rechazaba y se les enviaba a sus hogares a pasar la cuarentena.

Así que un nuevo cambio en las medidas a seguir resulta indispensable, en especial luego de conocerse que un estudio elaborado por organismos de las Naciones Unidas revela que en México la mortalidad por cuestiones de salud tuvo un incremento de 219% en comparación con lo registrado en 2019. Si bien gran parte de ese dramático aumento está lógicamente relacionado a la pandemia por Covid-19, también es necesario precisar que otra buena parte de los decesos se deben a carencias en los servicios de salud.

Este cambio de estrategia sanitaria es una medida que ya se requería tomar, por lo que es de esperar que ahora sí se dé un descenso sensible en el número de contagios entre la población, así como romper las cadenas de transmisión para conjurar cualquier posibilidad de rebrote como los que se han estado dando en algunas naciones tras la reapertura de actividades.

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