Este martes, alrededor de las 22:00 horas, Ana Lucía , niña de tres años que padece leucemia aguda y que tuvo que viajar a Suiza para encontrar un tratamiento.

A través de las redes sociales, Walter Rupprecht publicó un video al lado de su hija en el que se despide de todos los que les mostraron su apoyo y les enviaron buenos deseos.

“Nos vamos tristes pero con mucha esperanza de que mi hija estará muy bien. Les enviamos un fuerte abrazo y esperamos nos acompañen en esta nueva etapa”, se escucha decir con voz entrecortada al padre de familia, al momento que la menor interrumpe para pronunciar: “con mucha esperanza”.

“¿Ya no vamos a llorar?”, cuestiona la niña a su papá.

Para Ana Lucía, en México se acabaron las opciones: no sólo desde hace cuatro meses le dejaron de dar medicamentos fundamentales, sino que en junio, en el Hospital 20 de Noviembre de la Ciudad de México, tuvo un shock anafiláctico derivado de un lote de mala calidad de L-Asparaginasa.

Con tal de salvar la vida de la niña, sus padres han tenido que deshacerse de muchas de sus pertenencias, entre éstas sus dos carros. Con rifas y ventas recaudaron parte de los recursos necesarios, además de que pidieron varios préstamos para solventar el viaje a Zúrich, Suiza.

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Walter Rupprecht tuvo que dejar su vida de profesor en Cuautla, Morelos, para buscar acceder a los nueve esquemas de quimioterapia de los que se disponen en Suiza y que podrían adaptarse a la condición que tiene su hija.

Mientras que Rosalba Contreras , mamá de Ana Lucía y esposa de Walter, tendrá que quedarse en México pues hasta el momento la Secretaría de Educación de Morelos no le ha autorizado que pueda dejar su empleo de profesora para viajar junto a su familia.

“El gobierno de AMLO la abandonó”

El 20 de enero pasado, el columnista de EL UNIVERSAL, Héctor de Mauleón , publicó el texto en el que refirió el caso de Ana Lucía, una niña de 3 años de edad enferma de leucemia que sufrió negligencia de las autoridades de salud en un hospital del ISSSTE ubicado en Morelos, y a la que más tarde le fue aplicado, en el 20 de Noviembre, un medicamento que, según su padre, el profesor Walter Rupprecht, procedía de un lote de mala calidad.

El resultado, según el texto de De Mauleón, fue que Ana Lucía se volvió alérgica a los medicamentos existentes en el hospital y requirió de uno de importación, cuyo precio excedía la capacidad adquisitiva de sus padres.

“Los maestros Walter Rupprecht y Rosalba Contreras —el primero, de padre suizo, y por tanto poseedor de una doble nacionalidad—, se vieron obligados, con el apoyo de familiares, a buscar en Zurich, mediante la contratación de un seguro básico, el medicamento que aquí no recibieron y que puede garantizar la supervivencia de la niña”, relató De Mauleón.

Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en una conferencia mañanera que el columnista lo había acusado de que “una niña o un niño” no recibiera tratamiento, pero

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