Es fundamental establecer precios de garantía que aseguren un ingreso mínimo rentable por la producción de , evitando la volatilidad del riesgo a futuro por condiciones eventuales imprevistas y fuera del alcance del productor, indicó la diputada federal del PRI. Paloma Sánchez Ramos.

La legisladora urgió a consolidar la soberanía alimentaria y garantizar la elaboración de los productos básicos para el consumo interno, de manera que la agricultura pueda seguir siendo una actividad económica redituable para el productor.

Para ello, propuso una iniciativa con proyecto de decreto, mediante la cual se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, con el propósito de establecer una estrategia dirigida a evitar que únicamente los productores de algunas entidades resulten beneficiados, mientras que otros, con mayor capacidad productiva, no puedan aprovechar el apoyo.

La diputada sinaloense afirmó que la agricultura está expuesta al riesgo constante debido a la naturaleza de su funcionamiento, dependiente de muchos factores, como son las condiciones climáticas, que ponen en jaque la seguridad productiva de un agricultor y, por lo tanto, los ingresos que pueda obtener.

“De esta manera, es inconcebible suponer que el libre mercado puede asegurar, por sí solo, la competencia y producción adecuada cuando existen tantas variables en la ecuación”, externó.

Expuso que uno de los mecanismos que buscan reducir el riesgo para el productor agrícola son los precios de garantía. En este sentido, especificó el organismo público descentralizado denominado Programa de Precios de Garantía a Productos Alimentarios Básicos (PGPAB), tiene como uno de sus objetivos elevar las ganancias de los productores agrícolas, así como combatir el déficit alimentario que vive el país.

Expresó que el programa no tiene una estrategia de cobertura focalizada, ni cuenta con un censo específico que justifique la distinción más allá de la asignación directa, por lo que puede afirmarse que la producción agropecuaria mexicana es diversa y difícilmente catalogable en un esquema centralizador. Además, el PGPAB sólo aborda cinco de los 12.

Dijo también que la estrategia del programa no contempla dar certeza a las entidades que participan con una mayor producción por hectárea de apoyo, sino que elabora un esquema de distribución por igual, sin tomar en cuenta el precio medio rural por entidad federativa. Es decir, la población objetivo no está cuantificada, sino generalizada.

Destacó que la propuesta en esta materia debe establecerse sobre la base de señalar la diferencia entre las unidades productivas mexicanas, haciendo énfasis en los apoyos sobre los ingresos mínimos a los productores por la inversión, para que la producción agrícola siga siendo rentable.

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kl

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