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Pedro Salmerón renunció ayer a su cargo como director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), tras la polémica que generó su texto Muerte de Eugenio Garza Sada, difundido en la página oficial de Facebook del instituto, en el que aseguró que “un comando de valientes jóvenes de la Liga Comunista 23 de Septiembre” asesinó al empresario en 1973.

Ese comentario provocó que el Consejo Coordinador Empresarial y políticos como los expresidentes Felipe Calderón y Vicente Fox, y las senadoras Xóchitl Gálvez y Lilly Téllez, así como el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, condenaran lo escrito por el historiador.

Tras la renuncia, la Secretaría de Cultura informó, a través de un comunicado, que su titular, Alejandra Frausto, designó a Felipe Arturo Ávila Espinosa como director del INEHRM y, sin hacer referencia a Salmerón, aseguró que en los últimos meses el instituto “se revitalizó y se encuentra en proceso de transformación para ser de vanguardia en el impulso de la investigación, reflexión y difusión del conocimiento histórico”.

En su cuenta de Twitter, Salmerón difundió un texto de cuatro páginas titulado Dictar, censurar, penalizar la investigación histórica, en el que escribió: “Pongo el cargo de director del INEHRM a disposición del Presidente y hago de este texto mi renuncia formal, [se la] presento al Presidente, que con valor y decisión está transformando a México. Al Presidente, no a la derecha de talante fascista”.

Sin embargo, una hora después del anuncio de la Secretaría de Cultura sobre el nuevo director, Salmerón aseguró, en Twitter, que su texto no era una renuncia, sino que sólo la había puesto a disposición: “No se adelanten. No he renunciado a la Dirección General del @INEHRM, solamente la he ‘puesto sobre la mesa’ . Gracias por preguntar”, escribió.

Por la tarde, la dependencia confirmó a EL UNIVERSAL que la salida del historiador es un tema concluido y que los comentarios que él emita a partir de ahora serán parte “de su esfera personal”.

De acuerdo con la Oficina de Comunicación Social, el pasado viernes la secretaria mantuvo comunicación con las secretarías de Gobernación y de Economía, así como con otros miembros del gabinete para evaluar la situación. El historiador fue citado en las oficinas de la Secretaría de Cultura para buscar “una salida conjunta” a la polémica, pero no acudió y decidió presentar su renuncia y hacerla pública en redes sociales, por lo que la dependencia decidió tomarla “por buena” y nombró a Ávila como sucesor, decisión que fue respaldada por la Presidencia de la República.

En el texto, que mantuvo fijado en su cuenta, el historiador añadió que “la derecha mexicana tiene una notable vocación por la censura y el control del pensamiento”, y aseguró que en Twitter hubo, hasta ayer por la mañana, 60 mil menciones de su apellido, situación que calificó como “linchamiento mediático” encabezado por los dos expresidentes panistas, Vicente Fox y Felipe Calderón, así como por el Consejo Coordinador Empresarial, “directivos de medios de comunicación y varios senadores de la República”.

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