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En México el nivel de violencia doméstica contra las mujeres es amplio y profundo, consideró la representante en el país de la Organización de las Naciones Unidas para las Mujeres (ONU Mujeres), Belén Sanz Luque.

En entrevista con EL UNIVERSAL, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, confió en que “en la definición de las políticas públicas los derechos de ellas sean una prioridad” para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y que esto se vea reflejado en el Plan Nacional de Desarrollo.

Señaló que tanto los refugios para las víctimas de violencia y sus hijos, como las estancias infantiles se deben fortalecer. Recordó que es obligación del Estado mexicano, como firmante en tratados internacionales y por su misma legislación local, “garantizar el derecho de las mujeres a estar protegidas y a su seguridad”.

Pidió evaluar con mucho cuidado medidas como la entrega directa de recursos a las familias en lugar del financiamiento a las estancias infantiles, al considerar que el problema del cuidado no sólo es de acceso al recurso financiero.

Señaló que cualquier debilitamiento a estas instituciones puede afectar la protección y garantía del cuidado de los niños y tener un efecto negativo en los derechos de las mujeres al acceso al mercado laboral y podría, inclusive, llevarlas a tener que renunciar a sus trabajos.

En violencia de género, ¿cómo llega México a una conmemoración más del 8 de marzo?

—Hay grandes desafíos en términos de la plena garantía de igualdad de hombres y mujeres. En el ámbito de la violencia tenemos cifras muy preocupantes. Según el Inegi, 44% de las mexicanas han padecido violencia de pareja, 10% de las que tienen 15 años o más han sido víctimas de algún acto violento por parte de un integrante de su familia, sin considerar al esposo o a la pareja: el nivel de violencia doméstica es amplio y profundo, y 66% ha sufrido alguna forma de violencia en algún momento de su vida.

Adicional a ello tenemos una situación de violencia extrema contra las mujeres, que deriva en el feminicidio. Los datos actuales nos indican que hay un promedio de nueve asesinadas al día.

¿Qué opina de los refugios para mujeres víctimas de violencia?

—Dada la magnitud de la violencia hacia las mujeres y niñas en el país, y el hecho de que ni siquiera los refugios existentes son suficientes para dar respuesta a la enorme demanda de protección que tienen las mujeres frente a esta gran problemática, se hace muy importante que el Estado garantice la presencia de este tipo de instituciones, que se fortalezcan y que es responsabilidad del gobierno garantizar el derecho de las mujeres a estar protegidas y a su seguridad.

[Es necesario] garantizar que toda mujer y niña mexicana que ha sido víctima de violencia tenga un lugar seguro dónde estar protegida, tener asesoría e información. Garantizar que esta ley con la que cuenta México y esta responsabilidad internacional se lleve a cabo con la eficacia que se requiere en estos casos.

¿Cómo evalúa la ONU el programa de estancias infantiles?

—No lo hemos evaluado, pero es muy importante la protección social de toda la población. Parte de ello tiene que ver con garantizar que los niños y niñas tienen un adecuado servicio de cuidado por parte del Estado. Es una corresponsabilidad con las familias, pero el gobierno tiene una obligación por la Convención de los Derechos del Niño y la propia legislación mexicana que establece que las instituciones del Estado deben garantizar los servicios y establecimientos adecuados con la calidad para su cuidado.

Cualquier debilitamiento de las instituciones del Estado orientadas al cuidado puede tener un riesgo en la protección y garantía del cuidado de los niños y niñas, pero además puede tener un efecto negativo en los derechos de las mujeres.

¿En la brecha de acceso al mercado laboral?

—Efectivamente. Si ya de por sí tenemos una brecha enorme de participación en el mercado laboral. Una de las causas es que las mujeres dedican de dos a tres veces más tiempo que los hombres a los cuidados [de los hijos]. Si las instituciones que tenemos no nos garantizan que el Estado nos va a apoyar en el cuidado de los menores de edad, eso hace que las mujeres, en ocasiones, tengan que renunciar a su trabajo, porque socialmente la mujer es la que suele encargarse de este tipo de tareas. Esto ulteriormente afecta al desarrollo del país.

¿Entregarles el dinero a las familias garantiza que se utilice en servicios de cuidado?

—Hay que evaluar con mucho cuidado este tipo de medidas. El problema del cuidado no sólo es de acceso al recurso financiero, tiene que ver con el reconocimiento del derecho al cuidado con calidad para los niños y niñas, pero también sistemas de cuidado en los que el Estado garantice el derecho de la persona que cuida.

Estas son medidas que, esperamos, puedan ser revisadas con detalle en la lógica de fortalecer los derechos humanos, de las mujeres, y encontrar los modelos de cuidado que sean más adecuados.

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