Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) pidieron una regulación transparente del agua para preservar este recurso. El problema, dijeron, es que se está decretando la reserva de agua para protección ecológica sobre cuencas tan contaminadas que llegan a pudrir barcos por su toxicidad.

Dijeron que los diez decretos de reserva de agua que publicó el gobierno federal generan inconformidad puesto que se basan en estudios producidos por esta entidad a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

En conferencia de prensa sobre los diez decretos publicados en el Diario Oficial de la Federación el pasado día 6 de junio de este año para retirar la veda a 295 cuencas hidrológicas, la académica María del Carmen Carmona Lara, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, dijo que es necesario replantear para qué queremos como país el agua, y la necesidad de establecer un porcentaje para el cuidado del recurso.

“Estamos hablando de decretar reservas de agua total y absolutamente contaminadas, según la información de la Auditoría Superior de la Federación que nos dice que más de 90% de nuestros ríos están contaminados, declarados muertos. En muchos de ellos no se puede ni siquiera aplicar la norma de navegación, que es la más laxa: las embarcaciones se pudren por la contaminación”, señaló.

“Estamos reservando el agua cuando ya la ensuciamos. En esa calidad, es un paliativo que se oye muy bien en el decreto pero no tiene consistencia al futuro”, agregó.

El decreto preocupante, dijo la académica, no es el del 6 de junio, porque este tiene como objeto crear la reserva ecológica del agua; consideró que un atentado al ambiente nacional es que la norma mexicana del caudal ecológico no tuviera dientes ni fuera obligatoria

“¿Qué es lo que está generando la inconformidad en estos momentos? Es el hecho de que estamos frente a facultades exclusivísimas del presidente de la República, que la decisión se toma a partir de estudios técnicos que hace la misma dependencia del ejecutivo, la Conagua”, dijo.

“La regulación del agua tiene que ser de la misma naturaleza del agua: transparente y fluida si no, no hay manera de poder preservar uno de nuestros recursos vitales”.

Dijo que cada decreto está acompañado de un estudio, pero es necesario evaluar el tipo y la calidad de la información que avalan estas decisiones. También se debe pensar en qué tribunal se van a resolver las controversias para que en caso de que se concesione o asigne parte del volumen que debe ser reservado con fines ecológicos, sobre todo en un contexto en el que Conagua es juez y parte, y el presidente el encargado de tomar las decisiones al respecto.

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