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La remoción de escombros por parte de las autoridades es lenta, pero mujeres y muxes —una población importante en la localidad— intentan levantar a Juchitán, uno de los 41 municipios más dañados por el sismo del 7 de septiembre en Oaxaca.

Levantan la mano para todo. La hacen de vigilantes nocturnos para evitar robos, preparan la comida y remueven los escombros.

Aunque hay maquinaria, no es suficiente para remover todas las casas que quedaron derrumbadas. Además, la ayuda no ha sido tan rápida como quisieran los damnificados.

Su nombre de nacimiento es Pedro Vera Vázquez, tiene 26 años y se dedica a la artesanía. En Juchitán lo conocen como Peregrina, es una muxe desde hace 10 años.

Con su comunidad se han organizado para recabar fondos, víveres y levantar escombros.

Durante las noches, Peregrina toma un palo y vela por la seguridad de los vecinos.

También la contactaron de Estados Unidos para brindarles apoyo. En pocos meses recibirán material para la reconstrucción de sus viviendas. Para levantar Juchitán.

Los últimos dos días no pudo dormir bien por hacer guardias nocturnas, pero advierte que no están dispuestos a que les arrebaten sus cosas que tanto sacrificio les costaron.

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