justiciaysociedad@eluniversal.com.mx

Después de 32 años del terremoto de 1985, el país no ha aprendido lo suficiente y no está preparado en materia de protección civil para enfrentarse con un evento de tal magnitud, señaló Fernando Álvarez, director de enlaces institucionales de la Brigada de Rescate Topos Tlatelolco A.C.

La organización se prepara para trasladar a Juchitán, Oaxaca a 25 brigadistas que harán labores de rescate y recuperación de cuerpos del Palacio Municipal que se derrumbó por el sismo.

Topos Tlatelolco está esperando la confirmación de la solicitud de ayuda por parte del gobierno municipal de Juchitán , para realizar el traslado de los brigadistas expertos en protección civil, muchos de ellos que auxiliaron en el terremoto de 1985 que prácticamente tiró la Ciudad de México.

En entrevista, explicó que es necesario estar preparados para que ante un fenómeno como el sismo de la noche del viernes , el cual se consideró el más intenso en 100 años, sucedan los menos daños posibles materiales o humanos.

“Estamos bajando la guardia. Hemos avanzado pero no tan rápido como deberíamos. La población tiene que pensar si tiene todo listo. Esto no es sólo del gobierno también de la población y las instituciones que ayudan. Necesitamos preparar una respuesta rápida y eficaz ante un evento que va a volver a pasar y no podemos controlar, ni vamos a saber cómo ni cuándo viene", señaló.

Recordó que cuando él se integró a los Topos, el temblor de 1985 fue mucho más intenso a pesar de que tuvo una escala menor del que se vivió en 11 entidades del país el viernes. Lo que pasó, dijo, fue que el epicentro del temblor de hace 32 años tuvo su epicentro en Michoacán, a 400 kilómetros de distancia la Ciudad de México; mientras que el de anoche tuvo su epicentro en Chiapas, a 650 kilómetros de aquí.

El lugar donde los científicos mexicanos esperaban que ocurriera un evento sísmico de gran intensidad es en la En la costa guerrerense, en el Pacífico mexicano, donde existe una zona conocida como la Brecha de Guerrero, que va de Acapulco a Papanoa, donde hace más de 100 años no se producen sismos de magnitud significativa, en una escala mayor a siete grados Richter.

En esa zona no se ha registrado un movimiento telúrico importante desde 1911, por lo que se sigue acumulando una gran energía que la convierte potencialmente sísmica para la ocurrencia de un evento de gran intensidad.

Si en ese sitio –cuya distancia es 150 kilómetros menor a la del lugar donde se originó el sismo de 1985 con respecto a la Ciudad de México– se da un terremoto comparable al de aquel año, magnitud 8, los efectos podrían ser devastadores, de dos a tres veces más intensos, según estimaciones de algunos científicos.

“Esa acumulación de energía tiene que salir en algún momento (...) Hay que estar preparados para que sucedan los menos daños posibles materiales o humanos, pero estamos bajando la guardia. Hemos avanzado pero no tan rápido como deberíamos”, explicó.

“La población tiene que pensar si tiene todo listo, y esto no es sólo del gobierno también de la población y las instituciones que ayudan. Necesitamos preparar una respuesta rápida y eficaz ante un evento que va a volver a pasar y no podemos controlar, ni vamos a saber cómo ni cuándo viene", agregó el brigadista experto.

Señaló que la propia población no está preparada puesto que a pesar de la experiencia que se tiene en la Ciudad de México, la noche del viernes las personas intentaron evacuar los edificios a pesar de encontrarse en pisos superiores, no bajaron con la precaución necesaria, ni evaluaron con cuidado la situación.

Dijo que el Gobierno de la Ciudad de México no cuenta con la infraestructura necesaria para enfrentarse a un sismo; por ejemplo, los hospitales no tienen el equipo necesario para funcionar cuando menos una semana sin recibir suministros.

“Nos falta infraestructura, que los hospitales estén bien equipados. Si vuelve a pasar otro sismo como el de 1985, tal vez los hospitales no se dañen pero necesitamos que tengan todos los insumos para que puedan trabajar”, dijo.

“Recordemos que la mayoría de los edificios no se cayeron, pero eso no significa que ante otro sismo de tal magnitud no se puedan caer o quedar fracturados en su infraestructura, no sabemos si les han dado el mantenimiento adecuado en estos 32 años, son más viejos y llevamos ese tiempo sacándole agua al subsuelo de la Ciudad. El asentamiento también es irregular", señaló.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses