Señor Director:

En la columna de este martes 22, del señor Roberto Rock Lechón, denominada CDMX: la extinción del PRD, el autor nuevamente alude a mi persona con comentarios evidentemente dolosos; que no resultan extraños ante la fallida relación que pretendió construir conmigo, con propuestas inaceptables, las cuales en su momento habré de evidenciar y que han sido motivo para que desde hace tiempo haya emprendido una evidente campaña con el fin de dañar mi imagen pública, desprestigiándome sin sustento.

Reitero que el Sr. Roberto Rock es un operador político, que atiende intereses de grupos políticos, y no un periodista serio, como los miles que hay y merecen mi respeto y reconocimiento; es decir Roberto Rock se refugia en el periodismo, para incluirse en actividades políticas.

Atenderé de manera puntual cada uno de los comentarios y que denotan la clara intención de lastimar mi imagen y buen prestigio.

Cito: “El riesgo hoy es que la inminente extinción del PRD en la metrópoli sea resistida con un río de dinero público y, en un extremo, con violencia. Ello representa un desafío para la gobernabilidad de la capital, que ya desborda la administración del mandatario interino, José Ramón Amieva, quien ha quedado aislado dentro de su propio despacho por los halcones del PRD, que dirige Héctor Serrano, el turbio operador político en el gobierno de Miguel Ángel Mancera”.

Al respecto, niego de manera contundente y categórica esa aseveración y manifiesto que desde que dejé de ser funcionario de la CDMX, no me involucro en decisiones o acciones que corresponden enteramente a esa autoridad de la capital y mi conducción es con estricto apego a la legalidad.

Siguiente párrafo: “Los datos disponibles indican que el señor Héctor Serrano y sus operadores protagonizaron una especie de rebelión en la granja perredista capitalina, donde compraron lealtades, se repartieron candidaturas y se apropiaron de tajadas ingentes del presupuesto de la ciudad para defender su causa, lo que incluiría de acuerdo con indicios sólidos, fondos destinados a las tareas de reconstrucción y apoyo a vecinos afectados por el terremoto de septiembre”.

Respecto a lo anterior, no sólo lo niego de forma categórica, es infame, carente de veracidad y sólo atiende a un evidente interés político-electoral.

Como lo he manifestado en una carta anterior, el Sr. Roberto Rock pretendía recibir de mí, dádivas como consecuencia de notas favorables y evitar lo que llamó un golpeteo mediático a mi persona, lo cual por supuesto y es evidente, me negué a aceptar.

Derivado de los encuentros que sostuve con él, se generó en mí la percepción, de un hombre gris, mercenario del periodismo, altamente ambicioso, nada confiable y que solo utiliza ese prestigiado medio, como mecanismo para lograr sus objetivos personales y económicos.

Por lo expuesto y convencido de que el mejor mecanismo para dirimir diferencias son las instancias legalmente constituidas y creyente fiel de la legalidad, así como de la libertad de expresión, es que me permito informarle de la decisión que he tomado de iniciar acciones legales, ante las instancias judiciales pertinentes, contra el Sr. Roberto Rock Lechón, por sus repetidos actos difamatorios.

Respuesta del columnista

Me refiero a la carta del señor Hector Serrano, que rechazo en sus términos, todos irrisorios. Creo que el tiempo y el prestigio de cada quien coloca a cada cual en el lugar que le corresponde. Así lo ha hecho y lo seguirá haciendo en este caso.

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