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La política de austeridad aplicada al sector Salud, en específico al ISSSTE, empieza a cobrar factura, además del desabasto de medicamentos, falta de gasolina que deriva en ambulancias paradas y la imposibilidad de renovar contrato a médicos de guardia o suplencias, ahora se suma la falta de presupuesto para dar mantenimiento a los hospitales y el abandono de por lo menos 56 obras de remodelación o construcción.

De acuerdo con el Avance Presupuestal del primer trimestre de 2019, presentado en la Junta Directiva del ISSSTE, los recortes al presupuesto impuestos por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público tuvieron un impacto de 13% de ahorros; sin embargo, Luis Miguel Victoria Ranfla, presidente del CEN del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE dijo que la austeridad tiene un impacto negativo en el instituto.

“No queremos entrar en confrontaciones, no nos oponemos a los ahorros que se buscan en el gobierno federal, pero sí queremos contar con lo que se necesita para funcionar, hay ejercicios presupuestales que son irreductibles, áreas que sin dinero no operan y esto afecta directamente a los derechohabientes del instituto”, precisó.

Explicó que los ahorros generados de enero a marzo se lograron por el recorte de recursos en los capítulos 1000, 2000 y 3000 del presupuesto aprobado por el Congreso de la Unión en diciembre pasado.

“Se dio tijeretazo de 17% en el capítulo 1000 que corresponde a servicios personales; en el 2000, de materiales y suministros, que sirve para comprar medicamentos, lo redujeron 24% y el capítulo 3000, de servicios generales, que se refiere a la conservación y mantenimiento menor de inmuebles se cortó 49%. Los recortes limitan la operación del instituto, y hay clínicas paradas”, dijo.

Detalló que del capítulo 1000 sólo dejaron 83% de lo aprobado en Cámara de Diputados, “por eso no se pudo contratar personal que cubra suplencias o guardias, esas contrataciones son necesarias”.

En cuanto al capítulo 2000 precisó que el 76% autorizado no alcanza para cubrir las compras de medicamentos: “Las farmacias tienen 180 claves desiertas, no hay, los fármacos que más faltan son para atender padecimientos oncológicos y antirretrovirales, esos se compran por separado en otra licitación”.

Elevadores descompuestos, falta de aire acondicionado y de filtros en los quirófanos son resultado del recorte al capítulo 3000: “Con estos recursos también se compran los servicios de hemodiálisis, los viáticos para los conductores de ambulancias y el combustible, es muy difícil dar la mejor atención si no se cuenta con los insumos necesarios”, reiteró.

Victoria Ranfla agregó que no contar con personal, medicamentos y equipo suficientes provoca que las clínicas y hospitales se vean rebasados, que las áreas de urgencia estén al triple de su capacidad y que no haya planes para ampliar la infraestructura, la cual no ha aumentado por lo menos en la Ciudad de México en los últimos 30 años.

“El ISSSTE está rebasado, si vas a urgencias de cualquier hospital hay pacientes en los pasillos, en sillas de ruedas o en bancas de las salas de espera. La falta de mantenimiento en el hospital 20 de Noviembre hace que no funcionen los elevadores y esto retrasa cirugías, de verdad, hago un llamado a la administración federal para que ponga atención a lo que pasa en el instituto, tenemos una necesidad inmediata de capital humano, de mayor infraestructura, en la capital del país no se construye un hospital desde 1987”, subrayó.

Ante un posible recorte de 50% a las becas que reciben los pasantes, la Academia Nacional de Medicina manifestó su preocupación a través de una carta que envió al secretario de Salud, Jorge Alcocer.

Afirmó que los estudiantes de medicina realizan su servicio social en zonas rurales y marginadas, lo que generaría otro problema porque se tendrían que hacer contrataciones de médicos generales.

“Los pasantes cumplen una función en las unidades rurales y marginadas, que difícilmente podría ser substituida”, dice la misiva.

El oficio DGCES–DES357– 2019 emitido por la dependencia, solicita a las áreas médicas que realicen un informe detallado del total de alumnos que cumplen con su servicio social con un pago de 900 o 3 mil 600 pesos mensuales, monto que será reducido a la mitad a partir del 1 de agosto de este año; el documento anuncia que sólo médicos y enfermeras recibirán este apoyo, dejando fuera otras disciplinas como psicología, nutrición y odontología.

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