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nacion@eluniversal.com.mx
Las cajas de los tráileres repletos de pescados se abren. Los trabajadores del mercado La Nueva Viga se preparan para descargar las toneladas de mercancía que serán vendidas en sólo unas horas. Corvina, mojarra, sierra, camarón, huachinango y pulpo son las opciones que se ofertan.
La jornada, dicen los vendedores, está por terminar, puesto que el comercio, al mayoreo y al menudeo, inició desde las primeras horas de la madrugada. Aún se pueden observar caminando por los pasillos a algunas amas de casa acompañadas de sus hijos, en busca del mejor precio.
“¡Aquí estamos para que no le vean la cara!”, Ericka promociona así sus pescados, mientras explica las características que deben tener los que son frescos: “Ojos cristalinos, coraza roja y relleno limpio”, repite, mientras muestra la evidencia.
“¡Para ceviche, en filete, a la talla o para abrirlo en mariposa y prepararlo asado!”, grita la vendedora, quien es encargada de ese local, el cual pertenece a una cadena de negocios familiares. Aconseja platillos que se pueden preparar con la variedad de productos que ofrece.
“Nosotros tenemos que explicarle al cliente todas las especificaciones de cómo distinguir un pescado porque ellos vienen prácticamente con los ojos cerrados”, comenta.
Los dueños de los locales explican que las personas consideran que entre más caro esté el pescado, es de mejor calidad, “pero en ocasiones no es cierto”.
En la oferta y demanda, la sierra es la que fija los precios de toda la variedad que se vende. El motivo principal es que la producción y distribución de este pescado es algo que no se puede controlar, así lo declara Saúl Estrada, quien afirma que en su local se ofrece calidad y buen precio.
“¡¿Qué va a llevar gente?!, ¡¿qué le ofrezco?!, ¡¿qué le damos?!”, vocean los comerciantes con el objetivo de terminar de vender las toneladas de pescado, en su mayoría corvina, producto de temporada.
De acuerdo con las autoridades de la Conapesca, en temporada alta de corvina o cualquier pescado, entran a La Nueva Viga entre 10 y 15 tráileres con ocho toneladas cada uno. Para Semana Santa esperan que las ventas se eleven de miércoles a viernes.
Supervisión. Verificar la procedencia y frescura del pescado, que no traigan producto que esté sujeto a una protección especial, una veda temporal, permanente o en peligro de extinción y revisar la documentación de cada cargamento es la función de Conapesca.
“Además, nos encargamos de supervisar que el producto o subproducto se haya obtenido de manera legal y eso lo hacemos mediante los documentos que los transportadores deben traer”, comentaron trabajadoras.
“Nosotros supervisamos antes de que entren y durante el proceso de carga y descarga, o bien con las inspecciones dirigidas a las bodegas, venimos con una orden y verificamos. Las inspecciones se hacen diario”.
Indicaron que también realizan trabajos conjuntos con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), la Secretaría de Marina (Semar) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
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