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A casi cinco meses de los terremotos que golpearon el centro y sur del país, el presidente Enrique Peña Nieto advirtió que para el gobierno hubiera sido “bien fácil” concluir la atención a la emergencia con la entrega de dinero a los damnificados y que la labor de cada quien en la reconstrucción “quedara en su conciencia”.

No obstante, al entregar el Hospital General de Izúcar de Matamoros, reconstruido tras el sismo del 19 de septiembre pasado, señaló que, por el contrario, su administración se ha mantenido vigilante para que la reedificación se lleve a cabo.

Enfatizó que los gobiernos federal y estatales se mantienen convocados para concluir y rematar “de manera exitosa y satisfactoria” la labor de reconstrucción en beneficio de las familias afectadas y estimó que la reconstrucción podría concluir durante el segundo semestre de 2018.

Afirmó que hasta el momento se han reconstruido 26 mil viviendas, —prácticamente la mitad de las 60 mil con daño total— de las 170 mil dañadas y que se ha entregado 95% de las tarjetas electrónicas para compra de material, así como para pago de mano de obra y que el resto se ha demorado porque no encuentran a los afectados, hubo error de captura o las familias ya no están ahí.

“Para el gobierno de la República hubiese sido bien fácil concluir nuestra labor con entregar las tarjetas y decir: ‘Ya entregamos el recurso, se dan las ministraciones y que cada quien haga lo que deba hacer y corresponda hacer, quedará en la conciencia de cada quien’”.

Recordó las acciones implementadas por el gobierno federal: atención inmediata durante los primeros momentos después de los terremotos a través de las Fuerzas Armadas; el levantamiento de censos para conocer de las 170 mil viviendas dañadas y, a partir de ahí, otorgar apoyos económicos a través de monederos electrónicos.

“Cuando esto ocurrió, señalé que habíamos de acelerar el paso para que en el mes de enero pudiéramos tener prácticamente reconstruidas las viviendas. Nos encontramos con una realidad distinta. La verdad fue un gran reto, fue un reto”, indicó.

Comentó que al revisar con la titular de la Sedatu, Rosario Robles, qué tan rápido se ha actuado en este tema, recordaron que cuando hubo un sismo, “no de esta magnitud, pero sí un sismo importante allá, en Chile, les llevó seis años la labor de reconstrucción. Seis años.

“Hoy podemos afirmar que, a cinco meses de distancia, de las 170 mil viviendas afectadas, 26 mil prácticamente se han reconstruido. Y nos falta todavía mucho por hacer, tramo por andar, a partir de lo que ya he descrito aquí, en lo que ha significado a este reto y esta realidad que hemos tenido que vivir”, dijo.

Hizo notar que al mismo tiempo que hay 30 mil “mujeres vigilantes” en los nueve estados afectados —que sin retribución vigilan que no se haga mal uso de los monederos electrónicos—, el gobierno federal ha desplegado brigadas de personal de distintas dependencias, especialmente de Sedatu, para vigilar la labor de reconstrucción de las viviendas afectadas y supervisar esos trabajos.

“No ha quedado sólo en la entrega de tarjetas, sino realmente en asegurarnos de que esa reconstrucción vaya caminando y vayamos acelerando el paso”, dijo y recordó que el pasado lunes, durante una reunión con su gabinete, instruyó a acelerar tanto la entrega de tarjetas donde hacen falta, como la reconstrucción.

En el evento, en el que escuchó la experiencia de cinco integrantes de la Red de Mujeres Vigilantes de Puebla, quienes se encargaron de supervisar que no se hiciera mal uso de los monederos electrónicos, el Presidente indicó que además de las 170 mil viviendas afectadas, hubo 900 unidades médicas dañadas.

Dijo que de esas, nueve eran hospitales importantes en las nueve entidades afectadas. Indicó que en Puebla hubo 100 unidades médicas dañadas, entre ellas el Hospital de Izúcar y el de San Alejandro, que será reconstruido en otro predio.

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