La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) exhortó al gobierno entrante del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador , para que en la actualización e implementación del Programa Nacional de Prevención y Gestión Integral de los Residuos se contemplen los derechos a la salud, la alimentación, a un medio ambiente sano, el acceso al agua salubre y a la vivienda.

Con motivo del Día Mundial del Hábitat, indicó que el problema reside en que “no existen las capacidades e infraestructura necesarias para la recolección total de residuos ni para la disposición final adecuada de los mismos, ya que un número importante de los sitios e instalaciones de confinamiento no cumplen con lo dispuesto con la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente , la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos y su Reglamento , las leyes y reglamentos locales en la materia, ni con los parámetros de la Norma Oficial Mexicana NOM-083-SEMARNAT-2003”.

Advirtió que si continúan las tendencias de producción y consumo, así como las ineficaces estrategias de gestión de los residuos, se prevé que para 2025 la cantidad de residuos se triplique. Ante eso, llamó a las autoridades de los tres órdenes de gobierno y a la sociedad en general a mejorar los hábitos de consumo y la gestión de residuos sólidos mediante su reducción, reutilización y reciclaje.

Los instó también a sumarse a los esfuerzos que se han emprendido para reducir y prohibir progresivamente el uso de popotes, unicel y bolsas plásticas de uso único, en beneficio de las presentes y futuras generaciones. “En México, la gestión controlada de residuos en todo su ciclo de vida dista mucho de ser la adecuada”, lamentó.

“Este organismo nacional exhorta a quienes serán autoridades federales en el próximo gobierno para que el correspondiente Plan Nacional de Desarrollo contemple la perspectiva de derechos humanos y particularmente se subrayen los derechos a la salud, alimentación, medio ambiente sano, acceso al agua salubre y vivienda en la actualización, publicación e implementación del Programa Nacional de Prevención y Gestión Integral de los Residuos, en tanto que estados y municipios deberán elaborar e implementar con oportunidad sus respectivos Programas de Prevención de Residuos”, destacó la CNDH.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), durante 2014 se generaron estimativamente 103 mil toneladas diarias de residuos sólidos urbanos a nivel nacional (aproximadamente 37.6 millones de toneladas al año), lo que significa que cada habitante produjo un promedio diario de 0.86 kilogramos, y las entidades que acopian la mayor cantidad per cápita de residuos son Ciudad de México, Nayarit, Quintana Roo, Baja California Sur, Sinaloa y Colima.

Ejemplo de ese problema, indicó, es Guerrero, que genera 2 millones 443 mil 208 toneladas diarias de residuos, 31.6% es separada para revalorizar y el resto va a tiraderos no controlados que no cumplen con la normatividad aplicable, ocasionan desequilibrios ecológicos y representan potencial riesgo para la salud de la población.

De acuerdo con el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, solo se recicla el 9% de los 9 mil millones de toneladas de plástico que se producen en el mundo, y gran parte están diseminados en espacios naturales, lo que ha provocado contaminación de suelos y aguas, y generación de microplásticos incorporados a la cadena alimenticia, entre otros problemas.

La CNDH reconoció los esfuerzos en materia de reducción y prohibición del uso de plástico, popotes y unicel promovidos por los estados de Veracruz, Querétaro, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí, Tamaulipas, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Chihuahua, Baja California, Baja California Sur y Ciudad de México.

Recordó que en el ámbito internacional, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el Acuerdo de París y la Nueva Agenda Urbana abordan la gestión de residuos sólidos. Los ODS 11, 12 y 14 plantean, respectivamente, lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles; y conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos para el desarrollo sostenible. Para ello, la meta 12.5 establece para 2030 disminuir de manera sustancial la generación de desechos mediante políticas de prevención, reducción, reciclaje y reutilización.

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