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México requiere comprometerse “seriamente a favor de los valores que garanticen un progreso real”, luego de la “desventura” en la que la patria se encuentra “sumida en la corrupción, la violencia, los intereses mezquinos de unos cuantos, la decadencia de muchas instituciones y el egoísmo generalizado”, aseguró el vicerrector de la Basílica de Guadalupe, Pedro Tapia Rosete.

Al encabezar la misa de Mañanitas, a la medianoche en la Basílica de Guadalupe por el aniversario 486 de la aparición de la Virgen, el vicerrector dijo que en meses pasados la desgracia que cayó sobre muchas familias y pueblos suscitó la admirable participación de las nuevas generaciones, que se comprometieron y se hicieron solidarias con el dolor y la tragedia de sus hermanos.

Ante esa situación, que calificó como desventura, afirmó que es necesario comprometerse seriamente en favor de los valores que garanticen un progreso real, por lo que se cuestionó: “¿Dónde estamos los católicos ante todas estas realidades? ¿Qué estamos haciendo?

“Ante la desventura de nuestra patria, sumida en la corrupción, la violencia, los intereses mezquinos de unos cuantos, la decadencia de muchas instituciones y el egoísmo generalizado, es necesario comprometerse seriamente en favor de los valores que garanticen un progreso real y un crecimiento”.

Ante miles de peregrinos y acompañado del cabildo de Guadalupe, padres capellanes del santuario y del clero diocesano que se congregaron en uno de los santuarios más grandes de América Latina, señaló que los hombres y mujeres, especialmente los jóvenes, podrán ser los artífices de una reconstrucción integral y una renovación a fondo, que tanto se necesita en nuestra patria. Esto, luego de destacar y reconocer la labor que realizaron durante los sismos del mes de septiembre y que impactó a 10 entidades.

Indicó que hace 486 años, “la Virgen de Guadalupe se encaminó presurosa a la montaña del Tepeyac para encontrarse con nosotros y quedarse en medio de nuestro pueblo”.

Explicó que con la intervención de Dios es posible emprender la transformación que se requiere para hacer frente a la desventura que existe en el país; de no hacerlo, “seguiremos encerrados, estériles e incapaces, generando siempre más corrupción, más violencia, más muerte”.

Recordó que “en la historia de todos los procesos de liberación y reconstrucción siempre hay a la cabeza un decidido ‘desleal’, o sea, alguien que perteneciendo a la clase superior y gozando de sus privilegios, los utiliza en contra de los demás, convirtiéndolos en ‘oprimidos’”, pero, desde la visión religiosa, siempre existirá la posibilidad inevitable de que haya un momento para incidir en la realidad individual, social, económica y política del mundo a favor del progreso, afirmó.

Antes de ese acto religioso de celebración a la Virgen de Guadalupe, se oficiaron distintas misas a lo largo del día, en las que miles de feligreses elevaron oraciones por las personas que se vieron afectadas por los acontecimientos del mes de septiembre, los que perdieron familiares o que se quedaron sin hogar.

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