En medio de la crisis migratoria por la que está atravesando el país, urge corregir y fortalecer la política bilateral entre México y Estados Unidos donde los problemas se aborden de manera corresponsable, y no como si fuera una relación de bullying, consideró el Consejo Consultivo Nacional Pensando en México.

En entrevista con EL UNIVERSAL el presidente de Pensando en México, Salomón Chertorivski Woldenberg , consideró que los temas de la política migratoria y nacional se tienen que resolver “de manera urgente ” y buscar un nuevo tipo de acercamiento ante una “dramática” crisis migratoria .

“Hay temas que urgentemente tenemos que corregir en la política migratoria y en la política nacional. Es necesario tener una política bilateral donde los temas son de corresponsabilidad y no de un grandote bully que amenaza y nosotros cedemos”, dijo.

Hoy se dieron a conocer dos imágenes que retratan la situación de los migrantes que pasan por México en su camino hacia los Estados Unidos: la de una mujer haitiana en un centro de detención del Instituto Nacional de Migración clamando ayuda para su hijo enfermo; y la de Óscar Alberto Martínez Ramírez, de 25 años, y su hija Valeria, originarios de El Salvador, quienes se ahogaron al intentar cruzar el Río Bravo en su búsqueda por cruzar la frontera norte.

Las imágenes, consideró Chertorivski, son “desgarradoras e inadmisibles” y un reflejo de que, “el problema es complejo” y que urgen correcciones a la política migratoria y a la relación bilateral. La crisis migratoria es dramática, consideró.

“Hay un trato discriminatorio, virulento y constante del presidente (Donald) Trump. México tiene que exigir el trato entre pares para una verdadera política bilateral. Tenemos que exigir una política de pares porque nuestra historia conjunta ha mostrado que los temas se construyen desde los dos países”.

Hoy, Pensando en México envió al grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano en el Senado de la República el documento “Frente a la amenaza: construir una respuesta nacional” en el cual advierte que en los últimos años el establecimiento de un nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (el T-MEC) se convirtió en “el tema único que desplazó a muchos otros de importancia decisiva. Todos los campos y estructuras de nuestra multifacética relación fueron minimizados”.

“Es preciso insistir en la base de cualquier relación bilateral. En términos del derecho internacional y del espíritu de cooperación, las medidas económicas no pueden ni deben utilizarse como armas que nos colocan en la posición del país subordinado”, señala el documento.

Ante esta situación y la complejidad de las relaciones entre México y Estados Unidos, así como la profunda crisis migratoria, pidió que el tema se trate de manera multilateral puesto que, “somos naciones corresponsables y no se vale que se utilice el arma de la amenaza económica como la fuente para la exigencia de la resolución de un conflicto en particular. Hace falta mayor trabajo en el tema multilateral, no sólo con Estados Unidos sino con los países centroamericanos, Naciones Unidas, la CEPAL”, agregó Chertorivski en entrevista.

Pensando en México propuso 7 iniciativas para dar una respuesta nacional a la crisis migratoria: organizar una conversación ordenada con integrantes del cuerpo diplomático mexicano que aporten ideas de solución; integrar un grupo técnico que evalúe las disposiciones de derecho internacional a las que puede recurrir México ante la amenaza de Estados Unidos; presentar ante la Organización de las Naciones Unidas un plan para garantizar trato humanitario a los migrantes, en salud y seguridad, ante la posibilidad de que México sea considerado “tercer país seguro”, otros países como Turquía aceptaron esta condición sólo tras recibir compromisos jurídicos y financieros de otras naciones.

Que el Senado de la República convoque una reunión interparlamentaria con los congresos centroamericanos y celebrar una cumbre entre el presidente de México y los de Centroamérica para evaluar la política real; pedir a la ONU que haga inversiones “sostenidas” en Guatemala, Honduras y El Salvador; convocar una reunión urgente entre gobernadores de estados del sur y del norte del país para plantear la estrategia para recibir migrantes; así como desplegar una “política activa” entre posibles aliados que México pudiera tener en Estados Unidos.

“La política de no intervención es una ficción cuando las amenazas y el maltrato del gobierno de los Estados Unidos se exhibe, por su propio presidente, como una de las injerencias más agresivas y fuera de las leyes internacionales en décadas”.

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