Ante el pleno del Senado , Roberto Azevêdo, director de general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), previno que " tensiones actuales entre importantes actores comerciales están poniendo seriamente a prueba a toda la comunidad internacional ".

En el escenario global, por estas tensiones, "los riesgos son reales y sus repercusiones económicas también lo son", en un marco de desaceleración de la tasa del crecimiento, que pierde casi la mitad de su ritmo, lo cual es "mala noticia para todo el mundo".

El diplomático brasileño fue recibido, en sesión solemne, por el presidente del Senado, Martí Batres Guadarrama (Morena), y con la asistencia de la vice presidenta de la Cámara de Diputados, Dolores Padierna Luna, así como de la secretaria de Economía, Graciela Márquez Colín y su equipo del área de comercio exterior.

Batres Guadarrama saludó el nuevo alcance de la agenda de la OMC, que incluye temas como la diversificación y el empoderamiento económicos de las micro, pequeñas y medianas empresas, así como de las comunidades indígenas y de las mujeres.

"El desarrollo económico debe ser visto, nos dice ahora la OMC, como inclusivo y sostenible, y nos congratulamos por ello", subrayó Batres Guadarrama.

Señaló que con esta agenda inclusiva, "la debida integración de los procesos de producción, circulación de mercancías y acumulación de capitales, sólo puede ser justa y adecuada si se eliminan también las barreras a la circulación de los trabajadores, y con los trabajadores se habrá de liberar la circulación de las ideas".

Roberto Azevêdo expuso que si la Organización Mundial de Comercio no existiera --abarca 98% del comercio mundial

--, habría que inventarla, y subrayó su convicción de que "sin la OMC el mundo sería la Ley de la Selva".

Explicó: "Las empresas no tendrían certidumbre, la inversión, el comercio, el crecimiento disminuirían y se destruirían puestos de trabajo".

En ese sentido, "algunos conflictos técnicos menores se convertirían rápidamente en guerras comerciales y las guerras comerciales suelen tener consecuencias políticas".

Al momento, hay una desaceleración del crecimiento económico, y la previsión de la organización es que caiga este año hasta 2.6%, cuando en 2017 fue de 4.6%.

Frente a este escenario, Acevêdo consideró positiva la firma del acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, así como la entrada en vigor del Tratado Integral y Progresista de la Asociación Transpacífico.

Enseguida, Batres Guadarrama comentó la inscripción de México en la OMC, en 1995, un año después de la puesta en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que estableció una muy importante área de intercambio económico y comercial.

Planteó que sin embargo, 1994 también se recuerda por "la rebelión del año nuevo en Chiapas (que) nos hizo conscientes de los altísimos niveles de desigualdad y exclusión en nuestra sociedad".

El presidente del Senado expuso que "en medio de contradicciones, México se ha transformado en el ya casi cuarto de siglo que ha transcurrido desde nuestra entrada en la OMC, de ser una economía de sustitución de importaciones y financiada principalmente de la venta de hidrocarburos, hoy más diversa y más compleja, con un importante componente manufacturero exportador que depende del comercio internacional".

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