“Tenemos muchas cartas fuertes para 2024”

Después de respaldar a Ricardo Anaya, el líder nacional del PAN, Marko Cortés, aseguró que si no es el panista el abanderado presidencial en 2024, el partido tiene cartas fuertes para la elección, como los gobernadores Mauricio Vila, de Yucatán; Maru Campos, de Chihuahua; Diego Sinhue Rodríguez, de Guanajuato; Francisco Domínguez, de Querétaro, y Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas.

En conferencia para acusar una persecución política contra Anaya, Cortés también mencionó a otros dos panistas, como el diputado federal electo y próximo presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Baja, Santiago Creel, y el actual coordinador de los diputados federales del PAN, Juan Carlos Romero Hicks.

A pregunta expresa, dijo que por fortuna Acción Nacional tiene varios posibles candidatos y que Anaya es una buena alternativa. Con todo lo que está haciendo el Presidente en su contra lo está victimizando, pero hay otros que han levantado la mano, indicó.

“Uno de ellos es Mauricio Vila, tiene buenos números, buen gobierno, buenos resultados y ha dicho: ‘Yo tuviese interés’. También me lo ha hecho saber Santiago Creel, que está aquí presente, yo no me descarto, también me lo ha hecho saber Juan Carlos Romero Hicks.

“Tenemos posibilidades, como Maru Campos, hoy gobernadora electa de Chihuahua, a quien yo le dije: ‘Debemos tener opciones buenas, mujeres echadas para adelante y que han sido buenas en el gobierno y triunfantes en las decisiones’. Tenemos otra alternativa, Diego Sinhue Rodríguez, quien no lo ha dicho, pero que pudiera ser una opción”, afirmó.

“Sin duda alguna también podría ser el gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca (...) cualquiera de nuestros gobernadores son cartas, tienen con qué presentarse y dar una buena contienda en 2024”.

Aseguró que Acción Nacional tiene con qué jugar en la elección: “Por eso es que sabe el Presidente que es contra Acción Nacional su lucha, nada más que se equivoca, porque él no es el dirigente de Morena, es el Jefe del Estado, que debe gobernar y ofrecer resultados para todos, pero se asume como jefe de partido y ha mantenido su estrategia de atacar, de denigrar, de señalar a los partidos políticos.

“En este caso, de perseguir a las voces más importantes de nuestro partido, entonces, por fortuna tenemos cartas, tenemos opciones y buenas opciones”, dijo.