El gobierno mexicano está haciendo todo lo posible para que Estados unidos acepte la renegociación del Tratado de Libre Comercio, en los términos que fijó y convienen a administración de Donald Trump , afirmó el economista Arturo Huerta González.

Como ejemplo, dijo, al meter la cuestión petrolera en el TLC para garantizar la “seguridad energética de América del Norte", serán el gobierno de Estados Unidos y las empresas petroleras en dicho país los que van a definir la política petrolera y energética en México.

El investigador añadió, al dictar una conferencia en la Universidad Metropolitana de Monterrey , que “esta mayor integración llevará al gobierno mexicano a mayor subordinación, mayor entrega del país en los sectores estratégicos hacia los intereses se las empresas trasnacionales”.

"Estamos ante un problema político muy grave, porque en vísperas de la tercera ronda, no hay movilización alguna a lo largo y ancho del país que esté pronunciándose en contra de estas renegociaciones o de la permanencia misma del TLC, que nos ha llevado a tener menos industria, menos agricultura, menos crecimiento, más bajos salarios, mayor miseria y a que el país ya no nos pertenezca”, asegura Huerta.

Expuso que desde que se aprobó el TLC durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, hubo una mala negociación, porque México abrió su economía desde 1986, al sumarse al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) y cedió en las compras gubernamentales y protegió al sector agrícola por sólo 14 años, pensando que bastarían para alcanzar la productividad de Estados Unidos y Canadá, sin impulsar ninguna política para el sector.

Comentó que en 1993, en México la apertura comercial en exportaciones e importaciones estaba en 27 por ciento del PIB y actualmente está en el 75 por ciento, mientras que en Estados Unidos es del 28 por ciento, siendo que nosotros no tenemos sus niveles de competitividad.

“El gobierno mexicano dice que con el TLC hemos sido beneficiados, pero el crecimiento de la economía mexicana de 1993 a la fecha es de 2.4 por ciento en promedio anual, pese a que las exportaciones han crecido a más de 8 por ciento al año, pero no han irradiado a la dinámica económica del país”.

Esto es así, explicó, porque las exportaciones de las maquiladoras tienen un alto componente importado y las trasnacionales que se han instalado en México para exportar a Estados Unidos, aprovechando nuestra mano de obra barata, traen los insumos de China y del resto de Asia.

“Las importaciones que México realiza de China e India, han sustituido las que antes venían de Estados Unidos, por eso Trump quiere renegociar el TLC para disminuir el déficit comercial”, con nuestro país que asciende a 122 mil millones de dólares, expresó el economista egresado de la UANL.

Agregó que el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo ha dicho que el TLC ha sido exitoso frente a Asia, cuando los tres países del TLC tienen un déficit con China. Estados Unidos de 368 mil millones de dólares, México de 65 mil millones y Canadá de 35 mil mdd.

Asimismo, dijo, mientras el país asiático tuvo entre 1980 a 2010 un crecimiento de diez por ciento anual, Estados Unidos con el TLCAN creció 2.7, Canadá 2.6 y México 2.4. en promedio anual. Expuso Huerta que la industria manufacturera que es el motor de crecimiento de toda economía, en Estados Unidos en los 80 era el 20 por ciento, y actualmente es el 12 por ciento, mientras en México en 1981 era el 24 por ciento, y actualmente es el 16 por ciento. “Nos hemos desindustrializado, y en igual circunstancia están América Latina y Europa porque la industria se fue a China”.

Huerta González aseveró que si en los años de la posguerra los países desarrollados y subdesarrollados crecieron, fue gracias las políticas proteccionistas, donde se regulaba el movimiento de mercancías y el sistema financiero a favor del sector productivo, para apuntalar la dinámica económica.

“Actualmente India es la economía de más crecimiento, porque tiene una política proteccionista de impulso a la industrialización, y la economía de China que creció diez por ciento en las últimas tres décadas, se desaceleró en los últimos cuatro años al alcanzar 4.5 por ciento anual, porque llegó el momento en que los demás países no podían comprarle más allá de lo que les podía vender; por eso ahora está reconvirtiendo su crecimiento hacia el mercado interno, con impulso al salario.

“En cambio México sigue apostando al libre comercio y dice que si Estados Unidos se levanta de la mesa de negociaciones, va a buscar acuerdos de libre comercio con China y el resto de Asia donde no tenemos nada qué hacer, tomando en cuenta el déficit que tenemos con los chinos de 65 mil millones de dólares y que se eleva a 114 mil millones de dólares con aquella región”, puntualizó el economista.

Cuestionó, “¿qué les vamos a vender?” y agregó que no pasa por la mente de los que gobiernan políticas proteccionistas, de industrialización, empleo, de rescate de la soberanía nacional; pues han dicho que en el capítulo agrícola no hay problema porque somos superavitarios”.

"Pero si nos vamos a los datos, somos superavitarios en hortalizas y frutas, cultivos que están en manos de trasnacionales, pero somos deficitarios en granos básicos, como frijol, arroz, trigo, soya, que es donde están la mayor parte de los productores nacionales, que han sido desplazados por las importaciones", asegura el economista.

Explicó que por muchos años se alentaron las importaciones, porque México mantuvo el dólar barato por la entrada de capitales a raíz del proceso de privatización y extranjerización de la economía, pues con Salinas a través de la Bolsa de Valores, se vendió la banca y Telmex y aseguro que ; “En tres años, (de 1991 a 1993) ingresaron cien mil millones de dólares.

Con el dólar barato aumentaron las importaciones y esto provocó tener menos industria, menos agricultura, menos crecimiento y menos generación de empleo, de ahí que hoy el 58 por ciento de la fuerza de trabajo del país esté en la economía informal, pero el gobierno disfraza el dato, señalando que en este sexenio se han generado tres millones de empleos, cuando lo cierto es que van con los vendedores ambulantes y los invitan a “formalizarse” a cambio de regalarles durante un año el Seguro Social.

Ahora con la reforma energética, expuso Huerta, el gobierno pregona que vendrán de 70 mil a 80 mil millones de dólares de inversión extranjera directa, pero serán en diez años, y vendrán a sobreexplotar la riqueza petrolera y las ganancias se las van a llevar, pues ellos vienen por la ganancia, no para resolver los problemas del país.

El economista señaló que un Estado sin sectores estratégicos no tiene ningún poder de negociación frente a la burguesía nacional e internacional, y se subordina a sus intereses; “Estamos en un país con un Estado que no regula nada, con un sector energético, banca y servicios extranjerizados, con un sector agrícola que importa granos básicos y exporta frutas y hortalizas por cuenta de trasnacionales”.

Ante este panorama, asentó, “no hay fuerza política que subordine lo financiero en favor de la productivo, si están las tasas bancarias aumentando, ¿qué política industrial, agrícola o de empleo puedes generar con esas condiciones?

Aseveró que ningún país puede mantener su productividad a costa de bajos salarios, porque por más que ha ocurrido en México en estos más de 30 años, hemos tenido un crecimiento anual promedio de 2.4, y de 2.1 en este sexenio, porque los bajos sueldos contraen el mercado interno y quienes ganan son las empresas para exportar y ganar lo que quieren y dijo; “ni crecemos para afuera ni crecemos para adentro”.

Huerta González afirmó que si los salarios son bajos en México es por la debilidad del movimiento obrero y esto está ocurriendo también a nivel mundial también citó que en los años 30 el nivel de sindicalización en Estados Unidos era del 33 por ciento, igual en México; pero que ahora en el vecino país está al once por ciento y en México entre el cinco y diez por ciento.

kcp

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