La crisis del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se da en medio del trabajo que debe concluir con la calificación de la elección federal del 6 de junio.

Se trabaja a contrarreloj, pues es necesario desahogar los casos, ya que si llega el tiempo de las tomas de posesión, el TEPJF no podrá hacer nada para revocar, en caso de que así fuera.

En el caso de la calificación para el proceso federal, es decir, la conformación de San Lázaro, el tribunal tiene hasta el 23 de agosto para hacer el reconocimiento del asunto.

“Este fue el peor momento para tener un conflicto en este órgano; se tienen que resolver las impugnaciones, tienen que estar resueltas antes de que todos los electos tomen posesión”, señaló Javier Martín Reyes, politólogo.

En entrevista, subrayó que el TEPJF vive una situación muy difícil, en la que está de por medio un trabajo que debe concluir a la brevedad.

“Si los ganadores de distintos cargos de elección rinden protesta, el tribunal ya no podrá hacer nada, por eso es importante que prive la responsabilidad individual entre magistrados”, mencionó.

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