Para que no haya una muerta más, las trabajadoras se ausentaron de San Lázaro en este paro de mujeres y fue éste el que se quedó "sin vida".

Unas 3 mil 800 mujeres se sumaron a Un día sin mujeres en la Cámara de Diputados , desde la presidenta de la mesa directiva, Laura Rojas, hasta las más de 300 trabajadoras de limpieza.

-¿Qué se siente que las mujeres no estén?

-Es difícil, porque al final todo lo hacemos en equipo y pues… una parte importante del equipo no está, dice Guillermo Avelar Casales, asesor de la Comisión de Derechos de la niñez.

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Los pasillos de San Lázaro lucieron desiertos en el paro de mujeres. “Nos abandonaron” sentencia Eduardo Flores, trabajador de limpieza, área de la que se ausentaron más de 300 mujeres, y “desaparecieron” en protesta.

“Se siente raro porque estamos acostumbrados a las compañeras... las extrañamos. Ojalá con esto se compusiera todo, pero está duro”, agrega.

Así estuvo el Congreso, más vacío que de costumbre, aunque la realidad es que legisladores, sean mujeres o varones, suelen hacer "San Lunes".

Pero hoy, sin ellas, los trabajos de la Cámara quedaron suspendidos. “Prácticamente toda la Cámara está en paro, porque la mesa directiva, las áreas de servicios parlamentarios... no funcionaron, no hubo quién recibiera documentación, quién gestionara o autorizara… vamos a esperar que regresen” dice Daniel Ibarra.

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Él es enlace parlamentario de la Comisión de Ciencia y uno de muchos que trabajó casi en solitario, con dos o tres compañeros, ninguna mujer.

Mientras, aunque una parte de la bancada de Morena, que en apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador señaló al paro de ser propiciado por “conservadores”, hoy “paró” o solamente faltó a trabajar. No se supo.

La oficina de la diputada morenista Carmen Medel, quien en noviembre de 2018 sufrió el feminicidio de su hija Valeria, fue una de las que lució cerrada, sin nadie a cargo.

Pero aunque en todas las bancadas (PAN, PRD, PRI, Movimiento Ciudadano, PES, PT) hubo paro de mujeres, sí se presentaron algunas que, pese a repudiar los feminicidios, asistieron a trabajar para que las cosas cambien.

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“Si quiero que me vean, tengo que estar” asegura Dalia Esperanza Figueroa, secretaria de la Comisión de Prácticas Parlamentarias.

“Decidí venir porque creo que no es callándose y estando ausentes como podemos manifestar nuestra repulsión a la violencia. Porque entre menos nos vean es más fácil que nos olviden”, aseguró.

Ana González, secretaria técnica de la Comisión de Vivienda, también acudió a trabajar, aunque ninguna otra mujer de su oficina lo hizo.

Vine “porque alguien tiene que hacer las cosas”, dice. Pero el paro “quizá sirve para que los demás vean la potencialidad de la mujer, que se den cuenta de que también nosotras hacemos cambiar a este país”.

También acudieron a San Lázaro unas 300 mujeres vestidas de rosa, invitadas al Foro Liderazgo de la Mujer Mexicana por la diputada Soraya Pérez (PRI), quien las invitó, pero ella decidió parar.

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