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En México no existe una ley a nivel nacional que castigue el conducir un vehículo bajo los influjos del alcohol, el exceso de velocidad, que no se use el casco para motociclistas, así como el cinturón de seguridad, ni medidas preventivas para menores de edad, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) y le urgió, así como a los demás países de la región, adoptar leyes adecuadas sobre factores de riesgo.

Durante el Taller de Periodismo en Seguridad Vial, que se celebra en Medellín, Colombia, Eugenia Rodrigues, asesora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), presentó el informe La seguridad vial en la región de las Américas y dijo a EL UNIVERSAL que la falta de una ley integral en la materia impide que se tengan datos certeros sobre México.

“Se podría decir que las muertes por [accidentes de] tránsito han bajado, pero es porque no tenemos datos suficientes, entonces, lo que tenemos que hacer es checar el perfil de cada una de las leyes en vialidad que existen por entidad e ir agregando los datos. Hay estados que sí prohíben el exceso de velocidad y otros no, hay otros que exigen el uso de casco, pero no se castiga, urge que haya una ley integral que obedezcan todos los mexicanos”.

Entre 2010 y 2013 las muertes por el tránsito en la zona de América Latina aumentaron 3%, al pasar de 149 mil 357 a 154 mil 89, éstas representan aproximadamente 12% de los fallecimientos por este motivo a escala mundial.

La tasa de mortalidad es de 15.9 decesos por cada 100 mil habitantes. Al registrar un promedio de 16 muertes, México ocupa el lugar 23 de 31 naciones. La población más vulnerable son los peatones, ciclistas y motociclistas, quienes cubren 45% de las muertes.

El país con mayor tasa de mortalidad por accidentes de tránsito es República Dominicana, con 29.3 muertes por cada 100 mil habitantes; en contraste, Canadá ocupa el último sitio con 6 defunciones por cada 100 mil.

“Hay que crear normas nacionales sobre la conducción bajo los efectos del alcohol. Lo ideal es que exista tolerancia cero: en tanto a la velocidad, que es uno de los principales factores de riesgo, hay que imponer un límite que no sobrepase los 50 km por hora en zonas urbanas; que el uso del casco y cinturón de seguridad sean obligatorios y no sólo para el conductor; acerca de los niños, es vital que se aplique una retención en función de la edad, talla o el peso”.

El informe de la OMS indica que en la región se observa una tendencia al alza de la motorización. La tasa regional de propiedad de vehículos, que es de 502.5 por cada mil habitantes, indica un aumento de la motorización respecto a 2010, cuando era de 460.08 por cada mil habitantes.

Estados Unidos, con 828.1, y Canadá, con 635, son los países con la tasa más alta; Santa Lucía y Guyana son el lado contrario, con 8.6 y 19.6 personas con auto por cada mil.

México alcanza el lugar 14, con más de 200 ciudadanos dueños de un automóvil por cada mil.

Elsa Rodrigues lamentó que sea en los países pobres donde más muertes por tránsito se registran, “más de 73% sucedieron en países con ingresos medianos, el otro 26% fue en países ricos, ahí vemos cómo la desigualdad social es un factor de riesgo”.

Darío Hidalgo, director de la Práctica de Transporte del Centro WRI Ross de Ciudades Sostenibles, explicó que la puesta en marcha del Reglamento de Tránsito en la Ciudad de México desde diciembre de 2015 ha reducido la mortalidad 18%, pero ha fallado por la falta de difusión. “En la CDMX hay 4 muertes por cada cien mil [habitantes], cuando se suman los decesos de la zona metropolitana, sube a 15 y a nivel nacional es de 16 por cada cien mil habitantes. El problema con este reglamento es que a la gente no se le informó antes de aplicarlo, por eso el enojo contra las fotomultas, porque no se le dijo a la ciudadanía que ayudaría a reducir el número de muertos por siniestros viales”.

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