Los rayos del sol golpean las calles de la capital. En el centro del Kiosco Morisco de Santa María La Ribera, Jessica Roldán mueve las manos como si terminara de hacer boxeo de sombra. Sus labios evocan una de sus canciones, con susurros que el viento se lleva.

Los tatuajes de sus antebrazos aluden a sus comienzos en el género hip-hop. En el brazo izquierdo se hizo un casete con la leyenda old school, formato en el que grabó su primer demo; en la extremidad derecha tiene una grabadora boombox, utilizadas por los cantantes de antaño.

Jessica, conocida en el rap como Jezzy P, es fundadora y directora del colectivo Mujeres Trabajando, creado en 2009. En él conjunta las disciplinas de esta cultura nacida en el Bronx en la década de los 70: Mc y Dj en conjunto forman el rap, breakdance, graffiti y el skate.

Cuando fundó el colectivo “la idea era lograr una unión de mujeres que nos dedicábamos al hip-hop. Teníamos experiencias previas, se me ocurrió juntar todas las disciplinas, unirnos para hacer eventos y actividades donde pudiéramos incluir a más chicas”, comenta.

En 2009, con apoyo de la Secretaría de Cultura, en el marco del Día Internacional de la Mujer, se presentaron en la Fábrica de Artes y Oficios de Oriente. Comenzaron de manera oficial el recorrido de Mujeres Trabajando.

“Fue acercarnos, que nos dieran el spot. De ahí fue seguir pensando qué más podríamos hacer en pro del hip-hop y en pro de las mujeres”, cuenta.

Son 11 las integrantes de este colectivo: “En el breakdance está Jenko y Laryza; en el Graffiti está Guari Black; de las raperas está Rabia Rivera, Destreza, Audry Funk, Cat Lira y Dayra; en la producción y beatmaking está Gaby Loaeza, y Malina que está representando el skateboarding desde el año pasado”.

Jezzy P, quien se encuentra trabajando en su quinto disco, habla de sus recuerdos la década de los 90. Para ella, esta cultura urbana fue un golpe generacional en los jóvenes, como un boom.

“Entré por el graffiti, lo intenté en el breakdance, pero me di cuenta de que eso no era para mí, no iba a ser tan buena, entonces la vía fue el rap”, narra.

Desde su época escolar estaba en grupos de música. En la secundaria, relata, ya escribía canciones, poemas, pequeñas rimas, “incluso, animaba a mis amigas a que escribieran”, dice.

En 1998 comenzó de manera “profesional” en el rap: “Me enteré que empezaban a surgir eventos donde había personas que se dedicaban a cantar, entonces dije: ‘Está padre’ y así me empecé a juntar con esa banda”, recuerda.

Conseguir espacio en los conciertos fue sencillo ya que eran contados quienes se dedicaban a este género. “Fue cuestión de que alguien me invitara a tirar algunas rimas”, agrega.

Para escribir sus canciones toma como inspiración sus vivencias, un tema que busca plasmar frecuentemente es “todo el rollo de la injusticia que vivimos en el país. Trato que en mis discos aparezcan ese tipo de temas. Es un necesidad como ciudadana hablar de mi entorno en un nivel más importante”, externa.

Para la interprete, este camino ha sido complejo, ha visto a muchos de sus colegas quedarse en el olvido.

Lo gráfico del movimiento

El plumón en su mano derecha se mueve sigiloso. La mirada fija, midiendo cuánto espacio abarcará su tag. Así, Nancy Ayala pone sobre la tabla la tinta que durará mucho tiempo. En uno de los extremos se lee: “Mujeres Trabajando”, en el otro: “Guari Black”.

Nancy habla sobre su acercamiento con esta cultura. “Empecé a los 15 años, haciendo tag [etiqueta], pero ya de manera formal fue en el 2004”, comenta.

Comenzó por el dibujo, pero terminó por atraparla esa sensación que produce el ruido del aerosol siendo expulsado por la válvula. En sus graffitis plasma la dualidad de la vida y la muerte.

Los espacios para pintar llegan solos. Se los ofrecen centros culturales. Ingresó a Mujeres Trabajando en 2011. La invitó Jezzy P, quien ya tenía el área y quien pintaba, pero no estaba completamente formada. En los eventos se dedica más a la organización, lo que le impide exponer sus obras. Prefiere dar espacio a nuevas artistas.

Con este colectivo ha conocido mujeres que hacen de la parte gráfica del hip-hop su estilo de vida y el impulso para romper con estigmas y fronteras. “Conforme hacemos eventos conocemos chicas que han viajado por todo el país, que han ido a Colombia, a Perú, a diversos países sólo para pintar”, comenta con una sonrisa.

Para ella pintar sobre los muros “puede comenzar como [un] juego, pero una vez que te atrapa ya no te suelta”.

Cerca del Kiosco Morisco, los árboles se vuelven aliados contra los rayos del sol, el canto de los pájaros es armónico y una voz con un toque rítmico encuentra el equilibrio con la atmósfera.

Catherine, conocida como Cat Lira es de las últimas en integrarse al colectivo. Se desenvuelve en el reggae roots y rap con tendencias al soul y jazz. Su primera oportunidad se dio al lado de un amigo, a quien considera su hermano, hace cuatro años, para conformar el grupo musical denominado Tímpanos.

Cuando se encuentra detrás del micrófono se siente libre. Su gusto por la escritura se mezcló con este género.

“Soy feliz, me siento libre. Cuando comencé en este mundo de la música tenía 11 años, y mi primer concierto fue la sensación más increíble que había tenido, ahora cada que estoy en un evento siento eso”, afirma.

Ingresó a este colectivo hace un año y medio, tiempo después de conocer a Je- zzy P, a quien considera una pionera y un ejemplo a seguir: “Estuvimos en los mismos eventos, escuchó lo que hacía, me invitó a ser parte y aquí estoy”, dice.

Para Cat Lira esta es una época en la que la mujer puede realizar cualquier actividad. Asegura que no se pueden quedar en clichés, que busquen la forma “de mostrarse como ellas mismas”.

En Mujeres Trabajando hay espacio para nuevas integrantes. Cuentan con apoyo tanto mujeres como hombres para la producción de audio, fotos, video
y colaboraciones.

“Aunque las [mujeres] que estamos al frente contamos con el apoyo incondicional de nuestras parejas, familias e hijos”, comenta Jezzy P.

En 2017 se unieron con Mujeres en Patineta para realizar el festival Amazonas Urbanas, el cual comienza en el marco del Día de la Mujer y termina los primeros días de junio de cada año.

“Lo presentamos en tres sedes: FARO de Indios Verdes, Blackboard Skatepark; y el Foro Hilvana”, comparte.

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