La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ( CNDH ) emitió una Recomendación al Rector de la Universidad Autónoma Metropolitana ( UAM ), Eduardo Peñaloza Castro , por el caso de una estudiante quien fue víctima de

institucional, física y psicológica en dicho plantel, por parte de su pareja.

La joven era además trabajadora de la Defensoría de los Derechos Universitarios.

En 2016 la joven, de entonces 21 años, presentó una queja ante el organismo defensor. En ese momento reportó que desde 2014 había iniciado una relación sentimental con uno de sus profesores, quién después se convirtió en su jefe cuando ella ingresó, en 2016, como trabajadora en la Defensoría de Derechos Universitarios.

Ahí era asistente de su pareja, académico del Departamento de Derecho y Defensor Adjunto de la UAM. En la relación de noviazgo y laboral, el hombre la controlaba, la insultaba, y amenazaba, además de gritarle y jalonearla.

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Tras terminar la relación sentimental, la estudiante y trabajadora denunció los hechos ante el titular de la Defensoría de Derechos Universitarios, el Rector General de la universidad y el presidente del Colegio Académico de la UAM, sobre el ambiente hostil que enfrentaba en su área de trabajo.

"Sin embargo, las autoridades de la Universidad dieron por concluido el caso con la renuncia del titular de la Defensoría UAM, sin realizar ninguna medida precautoria para proteger a la peticionaria, ni ampliar la investigación, ni garantizar la no repetición de violencia de género en dicha Defensoría", encontró la investigación de la CNDH.

La obligación constitucional e interna de la universidad era promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos; sin embargo, dado que el superior de la víctima de violencia no inició una queja formal, ni se activó el Protocolo de Atención a la Violencia Contra las Mujeres, se incurrió en una falta de atención diligente y apropiada, por parte de las autoridades universitarias.

"Tanto la Defensoría como las autoridades de la UAM, no dictaron medidas precautorias que protegieran a la peticionaria y evitaran la revictimización, y ante la falta de investigación de los hechos fue estigmatizada al ser expuesta a la opinión pública, además de que se generó violencia institucional, en su calidad de alumna, ya que el Reglamento de Alumnos de la UAM no visibiliza, atiende, ni sanciona la violencia de género ".

La Comisión recomendó al Rector de la UAM, reparar el daño a la víctima e inscribirla en el Registro Nacional de Víctimas para que tenga acceso al Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral; atención psicológica.

Además de diseñar un nuevo Protocolo de Atención a las Víctimas de Violencia por razón de Género, para estandarizar el tratamiento de una determinada problemática e identificar las responsabilidades particulares de las personas, áreas o instituciones, aplicable a todas las unidades y áreas administrativas.

En su oficio dirigido a la universidad y al rector, le pidió capacitar a todo el personal de la Oficina del Abogado General y de la Defensoría de la UAM en materia de violencia contra las mujeres; realizar una campaña de difusión permanente sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia y los mecanismos con los que cuentan para hacerlos valer.

Y realizar adecuaciones a la normatividad de esa casa de estudios, para armonizarla con el bloque constitucional en materia de derechos humanos, con un enfoque de género, para evitar casos como este.

rmlgv

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