El presidente Andrés Manuel López Obrador apuesta a la institución familiar como estrategia para atender el principal problema del país: la inseguridad.

Nos dicen que el mandatario está convencido de que la gran desintegración familiar ha provocado no solo un daño en el tejido social, sino que también en el aumento del índice delictivo en algunas zonas del territorio nacional.

Por ello, nos hacen notar, AMLO ha insistido recientemente en el papel de los padres y ahora de los abuelos para controlar a los integrantes del núcleo familiar, por el dolor que las acciones delictivas pueden causar a las madres.

Hoy que se conmemora la masacre contra estudiantes del 2 de octubre de 1968, el mandatario advirtió a los “encapuchados” que si participan causando actos vandálicos los acusará con sus madres y abuelos para que les jalen las orejas.

¿El gobierno federal ya tendrá identificados a los chicos malos?

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