Las organizaciones ambientalistas Oceana y Greenpeace rechazaron el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en México entre la industria y el Senado de la República: la solución no es reciclar sino dejar de producir plásticos de un sólo uso, argumentaron.

Las organizaciones calificaron dicho acuerdo de “permisivo, voluntario y (que) no cambia nada” así como “una simulación que pone en riesgo el futuro de todos”.

“(El acuerdo) coloca al centro del problema el manejo inadecuado del residuo plástico una vez generado y la falta de su reincorporación a la economía. Atender el problema de raíz no sólo implica mejorar el manejo de los residuos y su reincorporación al proceso productivo sino reducir la producción y comercialización de los plásticos de un solo uso previniendo así la generación de residuos en primer lugar”, señala Greenpeace.

Reclama que en el acuerdo promovido por los senadores Ricardo Monreal (Morena) y Jorge Carlos Ramírez Marín no se aborda debidamente la responsabilidad extendida del productor, puesto que la industria productores y distribuidores de plásticos de un solo uso deben innovar en el diseño de envases y empaques que reduzcan la generación de residuos, y hacerse cargo de los residuos que sus productos generan en lugar de responsabilizar a los individuos de una mala disposición del residuo.

En el acuerdo que hoy firmaron el Senado de la República y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), las empresas se comprometen a avanzar en el reciclaje de los desechos plásticos que se producen en el país, hasta llegar a una meta del 30% en el año 2030.

Oceana México reclamó que este documento no menciona la urgencia de reducir significativamente la producción de plásticos en el país; señala que los intentos para “repensar, reciclar (y) rediseñar” el consumo que se propone, son insuficientes, “porque nuestro nivel de producción es apabullante”.

“Cada año 8 millones de toneladas de plástico terminan en nuestros mares; miles de animales mueren o ven su salud afectada. La gravedad de esto no necesita buena voluntad, sino leyes, sanciones, vigilancia y responsabilidades. Las “ambiciosas” metas no pueden cumplirse en 2030. Hoy nuestros mares están inundados de plástico; hoy está matando a miles de especies; hoy está invadiendo nuestro organismo”.

Reclaman que desde hace años, la industria ha buscado responsabilizar a los consumidores de sus productos por “no tirar la basura en su lugar” cuando se debería tomar como primer responsable a quien produce dicha contaminación:

“Existen al menos 13 iniciativas en el Senado y 17 en la Cámara de Diputados para reducir y eliminar la producción de plástico de un solo uso. Ninguna fue tomada en cuenta, ni las 8 sesiones de parlamento abierto en las que el propio Ramírez Marín participó”.

nacion@eluniversal.com.mx

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