Esta mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó a los partidos regresar al menos el 50% de su financiamiento a las arcas nacionales para enfrentar las presiones de gasto que enfrenta.

Aunque el presidente dijo que no era una orden, sino un planteamiento, al menos en Morena eso debió sonar como un jalón de orejas.

Esto porque a Morena ya se le olvidó su promesa de devolver al menos la mitad de los millonarios recursos que recibirá este año, y los ha cobrado mes a mes y puntualmente, como se lo dio a conocer EL UNIVERSAL hace unas semanas.

Tampoco en agosto ese partido ha solicitado al Instituto Nacional Electoral (INE) devuelva su financiamiento a la Tesorería de la Federación y, más aún, la dirigente Yeidckol Polevnsky prevé comprar un edificio sede para su partido, pues rentar un inmueble obsoleto como fachada de austeridad —ya se dio cuenta ese partido— le ha generado más gastos que ahorros.

Al parecer esta vez el primer morenista del país ha puesto a su partido en una situación límite en el tema de la austeridad, así que no es una orden pero…

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