A sus 91 años, siempre sonriente, lúcida, cálida, por momentos bromeando e incluso improvisando en su discurso, la catedrática de varias generaciones de políticos, la hija de un ferrocarrilero de izquierda, la primera mexicana en obtener una maestría en Economía por la Universidad de Harvard, Ifigenia Martínez Hernández, recibió la Medalla Belisario Domínguez 2021.

Puntual a la cita con la historia, acompañada de un Porfirio Muñoz Ledo que aplaudió y festejó en todo momento a la cofundadora de la Corriente Democrática Nacional que derivó en la ruptura del PRI y el fortalecimiento de la izquierda mexicana, a la eterna maestra de la UNAM, quien respaldó en su discurso la reforma presidencial en materia energética, pero también advirtió de las amenazas y presiones que buscan debilitar la división de poderes en el país.

Las ausencias de Cuauhtémoc Cárdenas, su amigo y compañero de lucha, y la del presidente Andrés Manuel López Obrador, cabeza de la Cuarta Transformación, no eclipsaron el día de fiesta en la vieja casona de Xicoténcatl, donde la ahora senadora por Morena y firme defensora de la autonomía universitaria en 1968 se convirtió en la galardonada número 70 con esta presea, que en los llamados sexenios neoliberales se entregó a connotados empresarios.

Elegante, Ifigenia Martínez sonrió y besó la presea dorada, el más alto reconocimiento que se otorga en el país, flanqueada por el titular de la Segob, el tabasqueño Adán Augusto López, y por la lideresa senatorial, Olga Sánchez Cordero.

“Tuve una afortunada orientación desde el hogar, ideológica y cultural por parte de mi padre, oficinista, ferrocarrilero, de convicciones izquierdistas, y de mi madre, gran apoyo, para mis actividades académicas y sociales”, decía la maestra desde la tribuna, donde habló por espacio de 21 minutos.

Vendrían los aplausos, la develación de los nombres de los galardonados en el muro de honor, incluido el personal de salud que ha combatido la pandemia, y el doctor y científico creador del Instituto Nacional de Neurología, Manuel Velasco-Suárez.

Frente al muro, Muñoz Ledo charlaba en corto por varios minutos con Ricardo Monreal. El zacatecano se veía feliz, abrazaba al viejo político, al amigo de Ifigenia, de Cuauh- témoc. Fue un día para celebrar la obra de una gran militante de izquierda.

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