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Cuernavaca.— El menor de 10 años de edad, que fue identificado sólo con sus iniciales, C.I., y de origen guatemalteco, se reencontró con sus familiares luego de que fue hallado herido la última semana de junio pasado. El reencuentro del menor con sus familiares contó con la presencia de autoridades de gobierno de Morelos.

El menor y su padre formaron parte de un grupo de ciudadanos guatemaltecos que contrataron los servicios de coyotes para llegar a Estados Unidos en calidad de migrantes indocumentados, pero fueron engañados; los secuestraron, cobraron el rescate, mataron al padre del menor, Rudy, y al pequeño lo hirieron de gravedad.

Rudy y su hijo fueron llevados hasta Ocuituco, a unos 38 kilómetros de distancia de Tepetlixpa, Estado de México, y ambos presentaban cortes en la garganta. El padre, de 35 años, murió desangrado en tanto que el menor quedó sobre el antebrazo de su padre hasta que fue encontrado por las autoridades. Con ellos viajaban Luis Arturo, hermano de Rudy, y su hijo Byron, de 17 años, pero ellos fueron abandonados en el Estado de México.

La reunión familiar tuvo lugar en el interior del Hospital del Niño y Adolescente Morelense, donde el menor recibió atención médica y sicológica especializada para atender de manera integral los padecimientos que presentaba.

Sus médicos lo reportan estable, tranquilo, pero sobre todo emocionado por volver reunirse con sus seres queridos.

El gobierno del estado informó que, a través de la Secretaría de Gobierno, mantiene permanente contacto y coordinación con el Instituto Nacional de Migración en el estado de Morelos, para darle medidas de seguridad a los familiares del menor.

La travesía. La historia de los hermanos Rudy Arnoldo y Luis Arturo González Huite, en su camino hacia Estados Unidos, comenzó a finales de mayo pasado cuando decidieron partir de Jalapa, Guatemala, con sus hijos Byron Amilcar, de 17 años, y C.I., de 10. La meta era llegar en julio a Estados Unidos, donde los esperaban sus familiares.

Pero la travesía concluyó cuando Rudy fue encontrado degollado en el municipio de Ocuituco, Morelos, con su hijo herido junto a él.

El caso se difundió el pasado 6 de julio cuando las autoridades levantaron el cadáver en ese municipio. Inicialmente, la Comisión de Derechos Humanos de Morelos declaró que los cuatro integrantes fueron abandonados por un traficante de personas en Veracruz y después traídos a Morelos, pero el fiscal regional de la Zona Oriente, Alejandro Chávez Carmona, aclaró que el grupo fue abandonado en Jalisco.

La versión del fiscal regional es que el pollero abandonó a los hermanos y los niños ante los operativos de vigilancia en la entidad, debido a la presencia de grupos criminales, como el Cártel Jalisco Nueva Generación, y por el tráfico de migrantes, por lo que presuntamente los centroamericanos contactaron a otro traficante de personas que los esperaría en el municipio de Tepetlixpa, Estado de México, donde fueron secuestrados.

Ahí, según lo expuesto por la Fiscalía General del Estado, el pasado 23 de junio las cuatro víctimas quedaron de verse con Javier “N”, su pollero, pero el 1 de julio los familiares con residencia en EU recibieron llamadas telefónicas en las que presuntos integrantes de Los Zetas pedían 12 mil dólares para dejar en libertad a los cuatro. Después se perpetró el asesinato.

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