
Fue hace más de 25 años cuando Hugo Terrón y su hermano aprendieron de manos de una locataria del mercado 16 de Septiembre, en Toluca, Estado de México, la reparación de niños Dios. Este oficio lo ejerció junto a él durante dos décadas.
En la actualidad, únicamente Hugo Terrón sigue ejerciendo su oficio, pues su hermano falleció de Covid-19.
La actividad de arreglo de las piezas comienza en noviembre, para tenerlos listos en las fiestas decembrinas.
Sin embargo, el reparado lo sigue haciendo con el mismo entusiasmo que tuvo desde un principio, más ahora que se ha incrementado el trabajo, pues el año pasado debido a la pandemia ocasionada por el coronavirus casi no tuvo actividad.
Hugo utiliza en su trabajo algunas herramientas, como cuchillos o lijas, para arreglar a los niños Dios de diferentes tamaños que le llevan.
El oficio de Hugo comienza a finales de noviembre, cuando la gente está en el preámbulo de las fiestas decembrinas.
Estas reparaciones de niños Dios van de los 30 pesos hasta los 300 pesos y dependen de la complejidad del daño.