Nos hacen ver que la difamación confesa, los insultos y amenazas del diputado del PT Gerardo Fernández Noroña contra la diputada panista Adriana Dávila no solo causaron molestia a sus compañeras de fracción y de la oposición en la Cámara baja, sino también a legisladoras y legisladores en el Senado.

Nos dicen que en el Senado la reflexión de los morenistas es que prácticamente no hay una semana en que algún político ligado a la Cuarta Transformación arremeta contra las mujeres.

Nos recuerdan el caos del recién casado delegado del IMSS, José Manuel Mireles , quien uso calificativos despectivos y vulgares contra las derechohabientes.

Consideran que si algo queda claro es que a los “machitos de la 4T” les urge un curso sobre erradicar la violencia política de género, además de que deberían seguir el consejo del Presidente y portarse bien para que “no hagan sufrir a sus madrecitas”.

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