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En México cada día mueren dos niños menores de 14 años por violencia y salud, lamentó Robert Corso, director ejecutivo de la organización Pyramid Model Consortium, por lo que llamó a las autoridades a prevenir conductas agresivas en las familias mexicanas y a promover la competencia emocional social, así como abordar actitudes negativas en los menores de edad.

Al presentar una conferencia magistral organizada por Grupo Consultivo Eich Solutions, con representación de Hiram Almeida Estrada, el director de Pyramid Model Consortium aseguró que en el país miles de niños crecen en un contexto de violencia, por eso cuando crecen replican las mismas actitudes, y para evitarlo es necesario realizar intervenciones cuando los niños son pequeños, aunque la edad ideal es entre cero y nueve años, explicó.

“Es necesario hacer investigación científica para identificar qué niños pueden presentar conductas violentas, es como si fuera un niño con diabetes, es decir, se le puede tratar desde que son muy jóvenes y así cambiar la trayectoria en la que se convierten en personas violentas. Se deben fortalecer a las familias, porque son los factores más protectores, el niño debe saber a quién acudir cuando exista algo que lo desafíe”, resaltó.

Robert Corso recordó que hace dos años en la Ciudad de México, la policía capitalina comenzó un programa piloto de atención, intervención y prevención de violencia dirigido a niños que vivían en colonias con altos índices de delincuencia.

Detalló que el programa implementado por la organización estadounidense busca que los niños desarrollen capacidades emocionales y sociales usando la intervención comunitaria como herramienta base.

“Si queremos llegar a los niños es necesario capacitar a padres de familia, maestros, entrenadores deportivos y funcionarios públicos para que identifiquen focos rojos en la población infantil, de esta forma podremos erradicar las conductas violentas y fomentar una crianza sana para disminuir la violencia a largo plazo”, expuso el especialista.

El director de Pyramid Model Consortium señaló que el programa se basa en talleres, grupos de enfoque e intervenciones según la edad y grado de violencia que los niños ejercen o a la que están sometidos, además hay acciones específicas ante hechos traumáticos, como desastres naturales.

“Queremos fomentar un entorno que apoye el aprendizaje y el desarrollo, que los niños estén libres de violencia en la escuela, en el parque, que aprendan a regular sus emociones. En México debemos enseñarle a los más jóvenes habilidades sicosociales que eviten la exclusión de sus comunidades”, indicó el experto.

Agregó que para que este programa tenga éxito, las familias, los docentes y las autoridades participantes se deben comprometer: “Si queremos ver resultados, los papás, los maestros y los policías deben tomar en serio su papel y ser un buen ejemplo para los niños”, subrayó Corso.

Al tomar la palabra, Neal M. Horen, director de Primera Infancia en el Centro Georgetown para el Desarrollo Infantil Humano, consideró que para evitar actitudes violentas y mejorar la calidad de vida de los menores de edad es necesario poner atención en su salud mental.

“Es un tema que se debe tomar en serio, identificar si un niño tiene un trauma que le genere ansiedad, depresión o algún trastorno mental, a veces pasa en los desastres naturales, los menores de edad se impactan demasiado, pero nadie pone atención en ello y es algo con lo que crecen”, remarcó.

Para Hiram Almeida Estrada, poner atención en la primera infancia cobra relevancia, porque si se busca acabar con la violencia es necesario que los niños cuenten con entornos más habitables y menos violentos.

“Cuando se busca erradicar todo tipo de violencia, qué mejor que atender a los más indefensos [los menores de edad], es necesario para lograr un cambio hacia una mejor sociedad”, puntualizó Almeida Estrada.

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