Expertos consultados por EL UNIVERSAL no ven un cambio en la propuesta de Andrés Manuel López Obrador de dividir al país en regiones con mandos únicos para abatir la inseguridad, cuestionan que no se haya mencionado nada relativo a mejorar la procuración de justicia y el sistema penitenciario, y consideran necesario que el mando único sea un civil.

El analista en seguridad, Alejandro Hope, advierte que se requeriría un enorme incremento de despliegue militar, ya que si se estima un promedio de 450 elementos federales por región, se requerirían 119 mil 250 efectivos, más del doble de los 52 mil 807 elementos de Sedena dedicados a tarea de seguridad pública.

Desde su perspectiva una interrogante que surgirá es cuando una de las 265 regiones incluya territorio de dos o más zonas militares, ¿cómo funcionaría la linea de mando? ¿a quién le reportarían los oficiales?

Catalina Pérez Correa, del CIDE, menciona que sería importante que el mando de cada región recayera en un civil y es preocupante que no se hable de desmilitarización. “La propuesta parece indicar que para el gobierno entrante militares y policías son fungibles. No lo son”.

Para Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano, lo anunciado no representa un cambio, además de que falta precisar a qué se refiere López Obrador con mando único, ¿civil o castrense? Asegura que es necesario conocer el criterio a partir del cual se dividió el país en 265 regiones y si este no existe, básicamente suena igual que lo que llevó a cabo Peña Nieto.

Añade que falta precisar a qué se refieren con el mando único; es necesario saber si buscan que este se encuentre en manos civiles o castrenses, además de que hay dos importantes temas ausentes: la procuración de justicia y el sistema penitenciario.

María Elena Morera, presidenta de Causa en Común, considera que ninguna coordinación sustituirá la necesidad de la reconstrucción institucional. “Requerimos una estrategia que permita fortalecer y desarrollar a nuestras policías, estableciendo metas calendarizadas y presupuestos suficientes. Sólo así se romperá el círculo vicioso, en el cual se recurre a las Fuerzas Armadas porque no hay policías eficaces, y éstas permanecen en el abandono ante la prioridad militar”.

Agrega que debe incluirse también la reforma ministerial y al sistema penitenciario, así como una auténtica política de prevención. Sólo si abarcan estos actores y componentes podrán mejorar nuestros índices delictivos, abatirse la impunidad y contemplarse el retiro gradual de las fuerzas armadas, afirma.

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