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Nueva York.—Ya todo está preparado para que el jurado del juicio contra Joaquín El Chapo Guzmán empiece sus deliberaciones. A falta del trámite de procedimiento de la explicación del funcionamiento, el próximo lunes el destino del capo sinaloense quedará definitivamente en manos de 12 neoyorquinos, siete mujeres y cinco hombres, que se reunirán aislados de todo para debatir si es culpable o inocente de todos o alguno de los 10 delitos de los que se le acusa.

Más de dos años después de su extradición y tras 38 días de audiencias, este jueves terminó el procedimiento judicial contra El Chapo. En su argumento final, la defensa se dedicó a cuestionar la credibilidad de los testigos presentados y suplicó al jurado “aferrarse” a cualquier duda que tengan sobre el caso.

La estrategia del abogado Jeffrey Lichtman estuvo centrada en argumentar que los 14 testigos cooperantes del gobierno mintieron y explicaron una historia que es una “farsa”, una invención de la fiscalía de los Estados Unidos para conseguir su único objetivo: “cazar a El Chapo”.

“No cedan ante el mito de El Chapo” y “no tengan fe ciega en el gobierno”, pidió Lichtman, dejando entrever —sin citar— una conspiración del gobierno de Estados Unidos contra su cliente. El abogado hizo un repaso a todos los testigos, y uno por uno trató de desmotar sus historias y declaraciones bajo juramento.

Lichtman se entretuvo en intentar demostrar que el proceso judicial es un “guión coreografiado” entre el gobierno y unos testigos a los que se les permitió mentir, personajes “oportunistas, pero no estúpidos” que, al ver que diciendo lo que supuestamente la fiscalía quería oír podrían conseguir ventajas en sus procesos judiciales, se lanzaron a cumplir órdenes “como focas entrenadas”.

“¿No creen que iban a mentir a cambio de su libertad?”, cuestionó Lichtman.

Incluso hizo mención a lo “corruptos” que pueden ser las autoridades, y recordó el presunto soborno de 100 millones de dólares al ex presidente Enrique Peña Nieto, que en su opinión fue ordenado por Ismael El Mayo Zambada y no por El Chapo, como dijo uno de los testigos.

Ismael El Mayo Zambada tuvo una presencia mayúscula en los argumentos de la defensa para tratar de desarticular el caso del gobierno de Estados Unidos. Tal y como han intentado demostrar durante el juicio, Lichtman trató de situar a El Mayo como urdidor cómplice de una trama para poner en el foco a El Chapo y él quedar libre.

Lichtman hizo valer sus supuestas dotes de showman y su pose irreverente y a veces arrogante. No tuvo reparo en insultar a los testigos que pasaron por el estrado para decir “mentiras miserables y egoístas”.

“Estoy luchando por la vida de un hombre”, dijo, resumiendo que las pruebas presentadas contra El Chapo “cubren la corte de duda razonable”. Para ser declarado culpable de cualquier delito, el jurado debe concluir que “no hay ninguna duda razonable”. “Aférrense a sus dudas y digan que no, que El Chapo no es culpable”, terminó.

En el turno de réplica, la fiscal Amanda Liskamm criticó que la defensa intentara “distraer” al jurado. “Las evidencias son sólidas, apuntan a una única conclusión: que el acusado es culpable”, argumentó.

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