Nogales, Son.— La diáspora de México hacia Estados Unidos inició ayer, a mediodía, luego de que el presidente Donald Trump anunciara el cierre parcial de la frontera para viajes no esenciales, a fin de controlar la pandemia del Covid-19.

Miles de personas —mexicanos y ciudadanos estadounidenses— a bordo de sus vehículos buscaban internarse al vecino país por la garita Dennis de Concini.

La frontera de Nogales, Sonora, con Nogales, Arizona, es apenas un muro, todo es común: las familias, los trabajos, las escuelas y los negocios.

El anuncio del cierre de la frontera ocasionó un inusual cruce por la garita peatonal, por lo que las autoridades de migración dispusieron pasar en grupos de 10 personas, donde se les somete a una revisión más exhaustiva.

Algunas de las personas que tienen residencia en Estados Unidos y viven del lado mexicano, regresan con incertidumbre sobre la situación que prevalece en estos momentos, pues no saben cuándo volverán a estar con sus familias.

En este contexto, miles de migrantes que esperaban en esta ciudad una entrevista para solicitar asilo humanitario y político en Estados Unidos no saben qué pasará con ellos. La mayoría de extranjeros de diversas nacionalidades, deportados por el gobierno estadounidense desde el 2 de enero por el Protocolo de Protección de Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), tenían cita a finales de marzo en una corte de Texas.

Niños, adultos mayores y de todas las edades se encuentran en Nogales, Sonora, sin control médico y la mayoría, sin trabajo.

Garita vacía

Contrario a lo que ocurrió en Nogales, la Garita San Ysidro, en Tijuana, Baja California, ayer estaba vacía.

De acuerdo con la Coalición de Frontera Inteligente (Smart Border Coalition, SBC, por sus siglas en inglés) diariamente cruzan de Tijuana a San Diego entre 60 mil y 70 mil vehículos por los puertos fronterizos que hay en operación, dentro de la ciudad, uno en San Ysidro y el otro en Otay.


***Con información de Gabriela Martínez

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