Señor Director:

Nos referimos a la columna “Los delegados para el coronavirus, designados por tómbola”, que hoy publica en su prestigiado periódico el señor Carlos Loret de Mola, que refiere una serie de elementos falsos respecto del proceso de selección para los representantes del IMSS en los estados. Como integrantes del H. Consejo Técnico del Instituto, órgano encargado de aprobar los nombramientos de dichos representantes, nos vemos en la obligación de desmentir lo referido en esa columna y aclarar a sus apreciables lectores la naturaleza del nuevo proceso de selección del IMSS, mismo que es ejemplar en materia de transparencia y competencia en la administración pública.

Hasta antes de este proceso, inédito en el IMSS, las y los representantes, entonces llamados delegados, eran elegidos discrecionalmente por el director general y sometidos a la consideración de este H. Consejo Técnico, quien habitualmente daba el voto de confianza y aprobaba las propuestas. En muchas ocasiones, lamentablemente, los perfiles no resultaban idóneos, pues no existía ningún criterio profesional para ser propuesto. Además, en muchas ocasiones también la propuesta obedecía a la recomendación de algún actor político que veía en el delegado del IMSS en su estado un vehículo para alcanzar agendas específicas distintas a la institucional.

En cambio, el proceso propuesto por el actual director general, Zoé Robledo, y aprobado por este Consejo el pasado 28 de agosto de 2019, constó de cinco etapas diferenciadas: convocatoria abierta a personal médico y de enfermería IMSS con 10 años de experiencia o más, y un mínimo de 5 años de experiencia en cargos directivos, así como grados académicos mínimos de maestría o especialidad médica; examen estandarizado de conocimientos médico-administrativos; ensayo de motivos; entrevista presencial y análisis de capacidades de liderazgo; e insaculación pública para la determinación de plaza de adscripción.

Todas y todos los aspirantes que resultaron ganadores tuvieron que pasar por estas etapas y a cada uno se le asignó una puntuación objetiva y parametrizada para las primeras cuatro. Los parámetros, también públicos para la puntuación fueron los siguientes:

Evaluación curricular y experiencia: 40%

Examen de conocimientos: 15%

Ensayo: 15%

Entrevista ante panel de especialistas: 30%

Una vez concluidas las etapas, las y los aspirantes fueron jerarquizados con base en su puntuación global y se aplicó una regla de paridad de género, estableciendo así que las y los mejores 35 aspirantes pasaran al proceso de insaculación.

A la convocatoria, publicada en Internet el pasado 28 de agosto de 2019, se inscribieron 2,637 personas. De éstas, 984 completaron su proceso de registro acompañando documentación soporte. Tras hacer una revisión de la documentación y credenciales académicas y profesionales, esta lista se depuró, quedando calificadas como aspirantes elegibles un total de 194 personas.

De estas 194 personas, 174 presentaron sus exámenes de conocimientos el pasado 16 de noviembre de 2019 y con distintas fechas acudieron uno a uno a sus entrevistas en ese mismo mes. Durante todo este tiempo ningún funcionario en la administración conoció sus resultados globales, pues fueron anonimizados a través de un folio único asignado por sistema. Al concluir el proceso, el pasado diciembre, se ordenaron las calificaciones de hombres y mujeres de mayor a menor y es así como se obtuvo la lista final de aspirantes a ser sometidos a consideración de este Consejo el 15 de enero de este año. En otras palabras, este ejemplar proceso contó con todas las garantías de competencia, exigencia profesional y transparencia, necesarias para garantizar que sólo las y los mejores profesionales de la salud pudieran llegar a ocupar una representación. Lo anterior es una gran diferencia con los nombramientos políticos de antaño.

Toda la explicación anterior es necesaria para poner en contexto la falsedad de la información vertida en la columna del señor Loret. En la misma, el columnista refiere que “no importaba tanto la experiencia en la coordinación de servicios médicos. No importaban tanto las credenciales científicas. No importaba tanto el currículum”. Esta aseveración resulta completamente falsa. No sólo todos esos elementos importaban, sino que se sabe objetivamente cuánto importaban: 40% de la calificación, quedando el restante 60% como función del examen, la entrevista y su ensayo.

Más adelante el columnista expresa preocupación porque los nuevos representantes no conocerían “cómo funciona el IMSS en esa entidad”. Esto es, por lo menos, inexacto. Dado que la mínima antigüedad requerida era 10 años, con 5 años de experiencia en cargos directivos, todas y todos los aspirantes conocían perfectamente el funcionamiento del Instituto, que es estándar a nivel nacional. Pero además, comparado con el proceso anterior, en donde existía la posibilidad de nombrar a algún político de manera repentina, el actual método es a todas luces superior.

Como puede verse, la insaculación a que el columnista quiere hacer el centro del proceso, no es sino su epílogo. La razón de ésta fue precisamente garantizar la máxima transparencia y evitar la intervención de cualquier actor político local que pudiera tener intereses distintos a la derechohabiencia del instituto. Es por todos estos argumentos que, desde que el proyecto de nuevo proceso se presentó a consideración, este Consejo lo aplaudió como aplaudió su exitosa culminación el pasado 15 de febrero.

Ante el escenario de pandemia que actualmente enfrenta el mundo, el IMSS está sin duda mucho mejor preparado con un cuerpo de representación integrado exclusivamente por personal médico y de enfermería, todas y todos con amplia experiencia en la administración de la salud pública y en particular del IMSS.

Lamentamos mucho que en estos momentos difíciles para el país, se vierta información falsa que crispa los ánimos, pone en duda el profesionalismo del personal de salud y no abona en la construcción del ambiente de unidad que para superar esta crisis requerimos las y los mexicanos.

Esperamos que la presente haya aportado claridad a un tema tan relevante para nuestra derechohabiencia y le agradeceremos sea tan amable de publicarla en un espacio equivalente en su distinguido diario.

Atentamente,

Integrantes del H. Consejo Técnico del Instituto Mexicano del Seguro Social

Francisco Alberto Cervantes Díaz, Presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN).

Salomón Presburger Slovik (CONCAMIN).

Manuel Reguera Rodríguez (CONCAMIN).

José Luis Carazo Preciado, Confederación de Trabajadores de México (CTM).

Mtro. Rodolfo Gerardo González Guzmán, Secretario General de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM).

José Noé Mario Moreno Carbajal, Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).

Taide Alejandra González Baca (CROC).

Constantino Romero González, Sindicato de Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSRM).

RESPUESTA DEL COLUMNISTA

La larguísima carta de réplica confirma en dos ocasiones la crítica central de mi columna: lo que terminó definiendo a los delegados del IMSS fue una tómbola. En la carta le llaman “insaculación” y aceptan que ese método determinó a dónde se iba cada quien. Por eso denuncié que eso pesó más que los exámenes y las entrevistas. La carta también acepta, como lo señalé en la columna, que los delegados no tenían experiencia de trabajo en los estados a los que fueron mandados:

El cambio de delegados sucedió hace apenas unas semanas. Sospecho que no conocer el terreno donde hoy están coordinando la guerra contra la pandemia se ha traducido en las enormes deficiencias denunciadas por los propios doctores del IMSS. La carta dice que no. A los hechos me remito: descontrol público y notorio en muchos hospitales.

De hecho, las quejas por el mal desempeño operacional de los “insaculados” ha venido… hasta de encumbrados personajes del propio partido en el poder: basta recordar las declaraciones de los gobernadores Barbosa de Puebla y Bonilla de Baja California.

Destaco que siempre ha sido facultad del H. Consejo aprobar los nombramientos de delegados. Que hoy vengan a decir que antes se plegaban al dedo del Director General y ahora al resultado de una tómbola, demuestra el ejercicio fallido de las facultades de ese H. Consejo.

Carlos Loret de Mola

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses