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La evaluación de impacto ambiental para la construcción de la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, fue “apresurada” y “poco transparente”, puesto que Petróleos Mexicanos (Pemex) ocultó información en el estudio en la materia, aseguraron especialistas.

Daniel Basurto, presidente del Consejo Directivo de la Academia Mexicana de Impacto Ambiental (AMIA), consideró que faltó analizar la información, ya que quedaron pendiente muchos aspectos, como la afectación que una obra de estas dimensiones traerá a los ecosistemas que la rodean y a las poblaciones aledañas.

“La evaluación no fue lo suficientemente robusta para analizar el impacto ambiental que generará la refinería. Las actividades no han sido analizadas en su totalidad ni en su integralidad, ya que la obra se ve en forma individual, como si se tratara de una isla y no como un conjunto de elementos que serán afectados”, resaltó.

Basurto González comentó que un aspecto que no se evaluó es el de las afectaciones de la lluvia ácida en la zona.

“El petróleo mexicano tiene un alto contenido de azufre, por ello se requieren acciones para desulfurizarlo, eso generará altas emisiones de dióxido de carbono y óxido de azufre”, explicó el presidente del Consejo Directivo de la AMIA.

En tanto, Gustavo Alanís, director general del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), indicó que la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) resolvió en un “tiempo récord” la autorización de impacto ambiental, pese a la envergadura del proyecto, con lo que, agregó, se establece un precedente para que se demerite este procedimiento.

“Se hubiera pedido información adicional, para que el promovente [Pemex] la hubiera entregado y luego evaluado. Se sospecha mucho de la presión de parte del gobierno federal; esto nos lleva a reconocer una decisión política, a que se demerite el instrumento de impacto ambiental”, apuntó el especialista.

Aleira Lara, directora de campañas de Greenpeace México, mencionó que es preocupante que el proyecto de Dos Bocas no se analice desde una visión integral, ya que éste se contradice en los compromisos nacionales e internacionales suscritos por México en materia de combate al cambio climático.

“La refinería agudizará la mala calidad del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero. La política energética que sustenta este tipo de proyectos debe ser revisada en correspondencia con la emergencia climática que vive el planeta y que nuestro país ha comenzado a padecer”, resaltó.

Publican resolutivo. Este jueves la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente hizo público su resolutivo de impacto ambiental para la construcción de la refinería de Dos Bocas.

En el documento de más de 200 páginas, el organismo desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) señala que el proyecto es “ambientalmente viable” y detalla las condiciones que estableció a Petróleos Mexicanos para el desarrollo de la obra, como la implementación de medidas de rescate y reubicación de flora y fauna, así como de reforestación.

El pasado 12 de agosto, la ASEA dio a conocer que autorizó la construcción de la refinería; sin embargo, fue hasta este jueves que difundió el informe en el cual se incluyen los comentarios de la sociedad civil emitidos durante la fase de consulta pública, así como las exposiciones realizadas durante la reunión del pasado 11 de julio. Pese a ello, algunas partes del resolutivo aparecen sombreadas, como la capacidad de los tanques de almacenamiento para los productos que se generen.

El resolutivo detalla que Pemex indicó en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que el manglar “no será objeto de remoción, invasión ni afectación ni se podará en ninguna de las etapas del proyecto, debido a que el mismo se desarrolla en un área libre de mangle”.

Ante el riesgo de inundación por la ubicación donde se realizara la obra, la ASEA pidió a Pemex que presente las medidas que aplicará en caso de una anegación.

Además deberá exponer que el desplante —superficie de terreno compactada sobre el cual se asienta una construcción— de tres metros de profundidad que planteó en la MIA no obstruirá el cauce del agua para las comunidades aledañas.

“El regulado [Pemex] hizo mención que la construcción de la refinería tendrá un desplante de tres metros sobre el nivel medio del mar, indicando que con esta medida se evitará la inundación del polígono del proyecto.

“De acuerdo con lo anterior, deberá considerar en su diseño que exista la libre circulación hidrológica cuenca abajo y demostrar que dicho desplante de tres metros no causará un efecto que pueda provocar inundaciones en las zonas aledañas al proyecto”, precisa el resolutivo de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente.

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