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Un mundo donde haya paz, en donde los niños tengan casa, comida y juguetes, en el que los maestros no falten a clases, donde no exista el bullying y donde los ladrones no asalten o maten a sus papás es un sueño en común de algunos menores de edad entrevistados por EL UNIVERSAL.

Como cada 30 de abril, hoy se conmemora el Día del niño, pero a sus seis años Lionel es consciente de que muchos niños no lo festejan “porque no tienen dónde vivir o sus papás los abandonaron”.

Al igual que su hermano Edwin, de 14 años, Lio no se siente seguro en las calles del país. Aunque le gusta salir a jugar al parque o ir al cine, dice que le da miedo subirse a una combi y que los asalten o los maten: “Hay muchos ladrones que andan robando y matando, eso me da miedo”, expresa, y después corre a una resbaladilla.

Edwin cuenta que pasará el Día del Niño en compañía de su familia y prefiere que sea así, “que estemos todos juntos, así me siento seguro y en la calle no, hay mucha inseguridad, se suben a asaltar al transporte”.

El alumno de secundaria relata que en enero, por motivo de su cumpleaños, su papá y abuela le regalaron un celular, pero nunca lo lleva a la escuela por temor a que se lo roben o porque compañeros de clase le hagan la maldad de quitárselo.

“No quiero que me asalten o que por hacerme bullying me lo quiten y lo tiren o no sé. Ojalá hubiera un mundo sin golpeadores ni rateros. Hay maestros que sí castigan a los que hacen bullying, pero otros no, sólo hacen como que no ven nada, a veces ni van a clases”, lamenta.

Un mundo en paz. Cerca del Palacio Negro de Lecumberri, donde hoy se encuentra el Archivo General de la Nación, Luis Uriel juega con sus dos primas: Arlette y Luz. Ellos pasarán el Día del Niño jugando entre sí, acompañados de su familia y con la esperanza de que les den regalos.

A Luis Uriel le gustaría que los niños no vivan en la calle y que todos los días tengan que comer, también desea que no haya inseguridad.

“El mundo donde quiero vivir es donde haya paz y no haya delincuencia, y donde no vea niños tirados en la calle con hambre o que se escapen de casa porque les pegan”, afirma.

Para el niño de nueve años celebrar el 30 de abril es mejor en familia, aunque disfruta de los convivios que se hacen en la escuela, y ahora que sus primas viven en la capital del país le gusta tener con quien jugar.

“Me gusta estar con mis padres y familiares más cercanos, con mis amigos, maestros en la escuela, en los convivios que nos hacen por el Día del Niño. También me gusta jugar con mis primos, por eso quiero un mundo en donde no haya niños de la calle, que sufren porque los abandonaron o que tengan que trabajar desde chiquitos”, comenta.

Ante la inseguridad que vive México, Uriel dice que los políticos deberían trabajar y no sólo prometer cosas. “Hay políticos muy buenos y otros muy malos que han hecho mucho daño al país y sólo se enriquecen. En lugar de hacer eso, ojalá que se pongan a trabajar y cumplan con todas sus promesas”, demanda.

Inseguridad. Luz y Dolores Arlet son hermanas, de 10 y ocho años, respectivamente. Hace menos de un mes dejaron su natal San Jerónimo Xayacatlán, en Puebla, para radicar en la Ciudad de México. Ambas extrañan la tranquilidad y seguridad que sentían en provincia.

“No nos sentimos seguras porque hay muchos rateros, por eso me gustaba más donde vivíamos, en San Jerónimo. Es un lugar tranquilo en donde estaban mis dos gatos: Mascarín y Nieves”, menciona Lolita, como le dicen de cariño.

Luz, la mayor de las hermanas, coincide con Arlette: “me gusta jugar, divertirme, pero me da miedo la inseguridad, que haya rateros y personas malas que sólo buscan robar o matar. Por eso me gusta Toluca, en donde viven unos tíos, porque ahí me siento segura”, menciona, y luego avienta un balón para jugar con su hermana y su primo.

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