Nación

Trabajadoras del hogar inician, poco a poco, su afiliación al IMSS

Empleada del hogar ve complicado el acceso al IMSS; expertos consideran que programa piloto para asegurar al ramo podría fallar en su aplicación

Karla, de 25 años y originaria del Edoméx, labora en un departamento de la Ciudad de México. Cuando comenzó a trabajar ganaba 150 pesos al día. ESPECIAL
30/03/2019 |03:36Astrid Rivera y Perla Miranda |
Redacción El Universal
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A los 13 años, Karla tuvo que dejar a su familia en San Felipe del Progreso, Estado de México, para conseguir dinero. Partió a la capital de Nayarit, donde le ofrecieron trabajar en unos locales. Una vez en Tepic, tuvo varios empleos, desde cuidar a un par de gemelos, limpiar casas y oficinas e incluso vender en un tianguis, pues debía mandarle dinero a su madre y a su abuela, quien padecía cáncer de estómago. Limpiando hogares, poco a poco se fue “haciendo de sus clientes” hasta que consiguió un empleo estable en un domicilio donde laboró por ocho años.





Al inicio sólo le pagaban 150 pesos al día, la familia para la que trabajaba le permitía quedarse a vivir en uno de los cuartos de la casa; los alimentos y artículos de uso personal se los proporcionaban sus patrones. En todo ese tiempo lo máximo que llegó a cobrar fueron 250 pesos al día.

“El trabajo no era tan bueno y menos la paga, pero me dejaban quedarme en la casa y la necesidad me hizo permanecer tanto tiempo ahí”, comenta mientras barre debajo de los muebles.

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Karla es una de las 2.4 millones de trabajadoras del hogar que hay en el país. Actualmente labora en un departamento ubicado en el sur de la Ciudad de México, trabaja de lunes a viernes con un salario de 250 pesos al día y vive en el cuarto de servicio de la torre de condominios.

La joven de 25 años desconoce el programa piloto que permite a las trabajadoras del hogar tener seguro social y duda que pueda acceder a esta prestación.

“Está difícil que mis patrones vayan a querer darme seguro, estaría muy bien, pero qué tal que los presiono y luego me corren y me quedo sin trabajo”, comenta sin dejar de realizar sus labores.

Una vez que Karla termina sus actividades, se alista para regresar a su casa en el Estado de México y estar con su hijo de tres años al que sólo ve los fines de semana. “Mi mamá me ayuda a cuidarlo, ni modo, hay que seguir trabajando para sacar a mi familia adelante”, dice.

Mientras exprime el mechudo para trapear, la mujer comenta que la principal dificultad de su trabajo es el respeto de los patrones: “Me ha tocado gente muy grosera que piensa que nos puede humillar. Es un trabajo como cualquier otro el que hacemos”.

Acceso a beneficios

Hasta el 28 de febrero pasado, 3 mil 700 trabajadoras del hogar se habían afiliado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El programa piloto para la incorporación de las personas que laboran en este sector, que inicia este 1 de abril, busca garantizar el acceso a la seguridad social de esta población.

Norma Gabriela López Castañeda, directora de Incorporación y Recaudación del IMSS, explicó que la diferencia entre este programa y el esquema anterior de incorporación voluntaria radica en que las trabajadoras afiliadas mediante ese régimen sólo tenían acceso a atención para la salud. Con este programa contarán con los seguros de Enfermedades y Maternidad, de Riesgos de Trabajo, de Invalidez y Vida, de Retiro, Cesantía en Edad Avanzada y Vejez, así como de Guarderías y Prestaciones Sociales.

Detalló que este proyecto acata la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la cual pedía al IMSS crear un programa para incorporar a estas trabajadoras.

Para inscribirse a la prueba piloto se debe contar con el nombre completo del trabajador, domicilio, número de seguridad social, salario mensual y Clave Única de Registro de Población (CURP).

“Es un esquema simplificado porque no obliga al patrón a ir a hacer un trámite al SAT o incluso con nosotros, aperturar un registro patronal, sino que aquí el aseguramiento parte de la identificación del trabajador”, apuntó.

En el caso de que las trabajadoras que laboren exclusivamente para un patrón durante todo el mes, éste deberá cubrir la totalidad de las cuotas obreropatronales del periodo. Cuando el empleado trabaje con más, cada uno de ellos deberá cubrir el monto correspondiente a las mismas cuotas proporcionales a los días que la persona le ofrezca sus servicios. Para realizar el pago, el empleador tendrá como fecha límite hasta el día 20 del mes calendario, a efecto de iniciar la cobertura del aseguramiento el primer día calendario del mes inmediato siguiente al pago correspondiente.

López Castañeda destacó que este programa, el cual durará 18 meses, arrojará la información sobre el tiempo de trabajadores y de empleadores, a fin de poder diseñar una propuesta para modificar la ley del IMSS y la incorporación de este sector sea obligatorio.

Marcelina Bautista, fundadora del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (CACEH), destacó que aunque el programa piloto es voluntario, es un modelo que dará la pauta para que se reforme la ley del IMSS y con ello se haga obligatorio otorgar la seguridad social al sector.

Resaltó que por mucho tiempo a las trabajadoras del hogar no se les han respetado sus derechos laborales, por lo que esta coyuntura presenta la oportunidad de que la ley las reconozca como a cualquier otro trabajador; consideró como un mito que los patrones dejen de contratar a estas mujeres porque deberán pagar seguro social, puesto que en otros países no ha ocurrido así.

“Tenemos que cambiar unas cosas para cambiar otras, queremos tener los mismos derechos que tienen otras personas trabajadoras. En muchos países donde se ha ratificado el convenio 189 de la OIT no ha pasado nada, pero quienes despidan tendrán que indemnizar a esas trabajadoras”, expresó.

El investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Enrique de la Garza destacó que la creación de este programa piloto tiene sus beneficios y sus desventajas, puesto que por una parte representa un avance para que las trabajadoras del hogar cuenten con seguridad social, pero por otra puede generar el desempleo de este sector, ya que la gran mayoría son empleadas de entrada por salida en hogares de ingresos medios. Confió en que este proyecto arroje la información necesaria para diseñar una política pública nacional que garantice los derechos laborales a todas las mujeres del sector.

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