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En el último sexenio disminuyó la entrega voluntaria de armas de ciudadanos a las autoridades impulsada en programas de los tres órdenes de gobierno , puesto que de 31 mil 506 piezas que se cedieron por parte de ciudadanos a las autoridades en 2013 para 2018 se registraron 4 mil 443.

En respuesta a una solicitud de información obtenida por EL UNIVERSAL , la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) detalló que la entrega de armas fue a la baja prácticamente en todo el sexenio de Enrique Peña Nieto , puesto que en 2013 se dieron a esa dependencia 31 mil 506 unidades; en 2014, 24 mil 466, y en 2015 fueron 15 mil 813, es decir, casi 10 mil menos. En 2016 se contabilizaron 11 mil 17 armas y en 2017, 6 mil 895.

El año pasado, el último de la administración de Enrique Peña Nieto, se obtuvieron 4 mil 443.

La Secretaría de la Defensa Nacional señaló que de las 94 mil 140 del sexenio pasado 63 mil 774 fueron armas cortas y 30 mil 366 largas.

Según datos del Ejército entregados a esta casa editorial , en el sexenio de Felipe Calderón de 2007 a 2012 se entregaron voluntariamente 64 mil 237 armas, tanto largas como cortas.

El año pasado, informa la Secretaría de la Defensa Nacional , el estado de Coahuila fue la entidad con mayor número de armas entregadas al registrar 780, seguido del Estado de México con 733.

Detrás de estos dos estados se ubicó la Ciudad de México, al sumar 548; Guanajuato tuvo 311, Zacatecas 276 y Baja California sumó 233.

Disminuyó entrega voluntaria de armas en sexenio de Peña
Disminuyó entrega voluntaria de armas en sexenio de Peña

El programa de canje , que inició en 2001 a nivel nacional, tiene el propósito de promover entre la población la entrega voluntaria de armas de fuego , granadas y municiones, a cambio de incentivos económicos o artículos de uso doméstico, con lo que se busca disminuir los “actos trágicos y violentos dentro del núcleo familiar o comunitario”, describe la Sedena.

Se consideran armas cortas todas aquellas cuyo cañón no sobrepasa los 30 centímetros y puede ser disparada con una mano y sin apoyo alguno, mientras que las largas son aquellas con el cañón arriba de los 30 centímetros y que se necesita contar con un apoyo, ya sea material o parte del cuerpo, para que pueda ser disparada.

En el estudio Estimating global civilian-held firearms numbers (Estimación de los números mundiales de armas de fuego de uso civil), de la organización Small Arms Survey, se señala que en México hay alrededor de 16 millones 800 mil armas, de las cuales 85% son ilícitas.

Con estas estadísticas, nuestro país se ubica en el séptimo lugar con mayor número de armas a nivel mundial, detrás de Estados Unidos, India, China, Paquistán, Rusia y Brasil.

De acuerdo con datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), en México circula una cantidad de armas suficiente como para armar a uno de cada tres hombres adultos en el país, lo anterior en parte derivado de que en 2010 existían en Estados Unidos al menos 6 mil 700 traficantes de armas a lo largo de la frontera con México.

Mayor vinculación. El Observatorio Nacional Ciudadano en su reporte ¿Qué hace falta para que contemos con políticas públicas de seguridad y justicia basadas en evidencia?, lanzado en enero pasado, detalla el poco efecto que han tenido los programas de desarme en el país, por lo que es necesaria mayor coordinación en los tres órdenes de gobierno.

“Es necesario que la política para el combate para el tráfico , comercio y uso de armas de fuego se genere entre la Federación y los gobiernos locales, con el objetivo de inhibir el acceso a las armas para los grupos delincuenciales tradicionales y organizados. En este sentido, es necesario tener presente el corto alcance que han tenido las campañas emprendidas hasta el momento, a la luz del alto porcentaje de delitos cometidos con este tipo de armas, así como la debilidad institucional federal y estatal especializada en esta materia”, indica.

Detalla que para la Federación es “imprescindible” reconocer que México enfrenta un mercado gris de armas, las cuales ingresan principalmente en la frontera con Estados Unidos para posteriormente ser adquiridas por los grupos de la delincuencia organizada y las bandas locales.

Para el Observatorio, otra situación que urge ser atendida es el ingreso de partes de armas ilegales para su posterior ensamble en México, por lo que para atender esta problemática “recomendamos la reforma al Código Penal Federal y la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos (LFAFE) con la finalidad de adecuar dichas normativas a las armas de fuego que actualmente están disponibles y a las nuevas modalidades de tráfico y comercialización.

“Asimismo, resulta pertinente desarrollar e implementar medidas de fortalecimiento de las aduanas del país y construir bases de datos que concentren información tanto de las armas cortas y largas incautadas, las recuperadas desde las administraciones pasadas, las que se encuentran en manos de particulares y de la autoridad, aquellas que están perdidas, así como las partes incautadas de este tipo de armas. Este primer acercamiento dará información del reto que enfrentamos, así como del posible armamento que está en manos de los grupos delictivos y las nuevas dinámicas de tráfico de armas”.

Normatividad en México

. El artículo 10 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos señala el derecho de la población a poseer armas de fuego en su domicilio para su seguridad y legítima defensa, a excepción de las armas prohibidas por la ley y aquellas reservadas para el uso exclusivo del Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Guardia Nacional.

En México, la Sedena es la única institución autorizada para distribuir legalmente armas de fuego en el país y funge como intermediaria entre los vendedores y compradores de armas.

La Dirección de Comercialización de Armamento y Municiones de la Sedena es la dependencia encargada de llevar a cabo la comercialización de armas de fuego, municiones y demás objetos regulados por la LFAFE, “en atención de los cuerpos de seguridad pública y privada, clubes cinegéticos (cacería) y personas físicas que cubran los requisitos establecidos en las leyes y reglamentos aplicables”.

Entre los requisitos para obtener un permiso se deben de presentar ante la Sedena fotocopia de la cartilla del Servicio Militar Nacional liberada y, para mujeres, fotocopia del acta de nacimiento, carta de trabajo, especificando puesto, antigüedad y percepciones; carta de no antecedentes penales en original, que tenga como máximo seis meses de expedición a la fecha en que presente la solicitud; copia del comprobante de domicilio; fotocopia de identificación y original del pago bancario por el registro del arma.

Para adquirir un arma se requiere acudir en forma personal a las instalaciones de la Dirección de Comercialización de Armamento y Municiones, ubicada en la sede de la Secretaría de la Defensa Nacional, en la Ciudad de México.

El plazo de resolución para entregar los permisos toma unos 15 días hábiles, que se puede extender hasta a 45 días en el caso de una autorización extraordinaria.

Al consultar el catálogo de las armas que se ofertan en la Dirección de Comercialización se encontró una amplia variedad de armas y precios, debido a que lo que ahí se vende va desde una escopeta calibre 12 marca Benelli con un costo de mil 473 euros, unos 32 mil 204 pesos, hasta una escopeta sobrepuesta calibre 12 de la misma marca con un precio de 2 mil 556 euros, casi 55 mil 881 pesos.

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